Opinión pública
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Nos llegan dos noticias del Instituto del Deporte
de Tamaulipas, una buena y una mala.
La primera es que ya se va, de hecho se fue el jefazo Carlos Fernández
Altamirano, conocido por sus amigos como el Galán de la Cascajal; la mala es
que podría regresar el uno de octubre del 2021 por un año más.
Es que a Don Carlos se le ha metido en su cabecita que tiene los tamaños
para recuperar el ayuntamiento de Madero para la causa panista. Sus
conocidos afirman que es capaz de derrotar “dos a uno” al poderoso alcalde en
ejercicio, Adrián Oseguera Kernion, del establo de Morena.
Dicen que dice que se las traga vivas y no correrá la misma suerte que
Andrés Zorrilla Moreno, quien mordió el polvo de la derrota cuando iba por la
reelección en 2018.
Lo que no entendimos y no explica la fuente informativa es ¿por qué
regresar el año que viene?.
Desde hace días abandonó las barracas que alojan el IDT en la capital
(exteriores del estadio Marte R. Gómez), donde ha “calentado” asiento desde
octubre del 2016. Los más optimistas afirman que no volverá.
Anda en plena precampaña (lo que incluye el reparto de despensas) en el
municipio de Madero. Quiere la presidencia o de perdido una diputación local.
La pregunta es ¿sabe en qué se está metiendo?.
Aparte está el fuego amigo. No se quedarían conformes destacados
panistas como Agustín “Guty” de la Huerta Mejía, ahora jefe del CONALEP,
quien ya sudó la camiseta pero fue derrotado.
Uno más, que conoce los entretelones del cacicazgo maderense –desde la
época de su padre La Quina- y sería capaz de ganar, es Joaquín Hernández
Correa, ratificado como diputado local por el PAN, pero más antes ex diputado
federal por el PRD.
“La Quinita” sabe de chairos y fifís. Ahora milita en el partido azul pero
antes formó parte de las huestes petroleras pastoreadas por su progenitor:
Miembro de la sección 1 del SUTPRM, del Frente Unido Revolucionario 12 de
octubre, grupo Pro Defensa de Presos Petroleros y ¡candidato a Gobernador!.
Dejaremos que trascurra el tiempo. Por lo pronto los deportistas de
Tamaulipas y en especial de ciudad Victoria festinan que el galán se retire. Si
regresa no se entiende el motivo.
Hay quienes afirman que la suerte del futbolero está echada. Si no es
candidato a alcalde, será aspirante a diputado. Que gane será otra cosa.
Ya ve usted querido lector que, en eso de la política, no hay reglas morales
y es así que Alejandro Rojas Díaz Durán, el cargamaletas del Senador Ricardo
Monreal, insiste en que quiere ser candidato a Gobernador ¡De Tamaulipas!
cuando él es chilango.
Es pesa´o para las bromas. Se manda hacer “encuestas” que lo alienten en
su proyecto, pese a que constitucionalmente está impedido: El artículo 78 de la
Carta Estatal dice que necesita ser nativo del Estado “o con residencia efectiva
en él no menor de 5 años inmediatamente anteriores al día de la elección”.
En diciembre Don Alex gozaba del 47 por ciento para ser candidato de
Morena a la gubernatura; en mayo bajó al 42.
Por lo menos, entre el “sondeo” de diciembre del 2019 y el presunto de
mayo del 2020 ya le dio “chance” a Américo Villarreal Anaya, a quien sube del
once al 22 por ciento.
En cambio “baja” a JR Gómez Leal del 31 al 20 por ciento.
De verdad bromas muy pesadas las del aspirante a dirigir los destinos de
los morenos.
A Héctor “El Guasón” Garza González le deja el cinco por ciento.
Aparte, la Comisión de Estudios Legislativos del Congreso del Estado dio el
visto bueno para abrogar la Ley de Extinción de Dominio de Tamaulipas, por ir
en contra de la Constitución Mexicana.
Pero no es que se hayan cometido errores u omisiones de nuestros
diputados cuerudos. Es parte del centralismo del gobierno de López Obrador
de monopolizarlo en competencia federal y no concederle facultades a los
Estados.
El 9 de marzo del 2018 se publicó en el Periódico Oficial de Tamaulipas el
decreto que creó dicha Ley, pero el 9 de agosto del 2019 el Diario Oficial de la
Federación difundió la Ley Nacional de Extinción de Dominio que deroga las
competencias locales.
Se le acabó la vigencia por acuerdo del Congreso de la Unión.
Lo dicho, la “nueva normalidad” no entró en vigor en los cuatro municipios
tamaulipecos que tenían “permiso” de la federación.
Es que San Nicolás, Mier, Cruillas y Burgos nunca entraron en cuarentena.
Son comunidades rurales en que la gente nunca dejó sus tarea ordinarias y
menos saben del mamotreto publicado por la federación sobre los
“lineamientos técnicos de seguridad sanitaria en el entorno laboral como parte
de la estrategia para la reapertura de las actividades sociales, educativas y
económicas”.
Como dijo el Gobernador Cabeza de Vaca, la decisión de la movilidad
tendrá que tomarla el Comité Estatal de Salud.
Por la UAT el comentario académico es que trabajan en un proyecto para
explorar las características biotecnológicas de verdolaga, considerada en la
región más que como alimento, como maleza.
Es un proyecto financiado por el Conacyt y la Secretaría de Agricultura y
Desarrollo Rural con la participación de investigadores del Instituto de Ecología
Aplicada y la Unidad Académica Multidisciplinaria Centro de El Mante.