Los políticos Tienen clientes: son la población, en especial los ciudadanos, los que vienen vigentes
sus derechos políticos y pueden emitir un voto. Toda su vida, digamos política, gira en torno a sus
clientes. Buscan ser conocidos, a toda costa pretender crearse una imagen de que tienen una
extraordinaria vocación de servicio y que nacieron para ello. Incluso, unos, hasta se hacen
chistosos, con tal de hacer conexión con la gente, ser empáticos.
En las sagradas escrituras se consigna una expresión: “Por los hechos los conoceréis”. Esa es la
cuestión, que la población debe conocerlos, por eso hacen promesas para ganar adeptos y votos.
Así es como, quiérase o no, se desprende un hecho incuestionable: todos los políticos tienen una
historia. Unos, la gran mayoría, la tienen de corruptos, sinvergüenzas hasta de irresponsables. Por
eso, así de fácil, es bueno conocer su historia.
LA HISTORIA DE AMLO.
El mejor ejemplo de la historia de un político lo tenemos con Andrés Manuel López Obrador: tardo
18 años en llegar a la Presidencia de la Republica; y en ese trayecto se construyó una historia, de
estar cerca del pueblo, de protestar; se conocen sus estudios, su incursión en la política, de cómo
en el PRI intento ser gobernador de su Estado y le gano Roberto Madrazo. Y todos sabemos cómo
inicio su retórica en contra de la mafia del poder.
No se le puede negar nada: del PRI paso a la oposición, a la izquierda, quemo pozos petroleros,
llamo a la resistencia, fue jefe de Gobierno del DF, hoy CdMx, fue miembro del PRD, fue candidato
presidencial, hizo plantones para reclamar sus triunfos, presidio el gobierno “legitimo” fundo
MORENA y ahora es Presidente de la Republica. Hay en su historia todo un conjunto de hechos y
acontecimientos de tal suerte que no fue un desconocido cuando apareció en la boleta de
MORENA.
TENGO HISTORIA.
“Tengo historia” es una de las respuestas que Felipe Garza Narváez da a los periodistas cuando le
cuestionan su ambición de ser gobernador de la entidad. Y trae bien puesto, como se decía antes,
el casete o el guion: y de su ronco pecho sale a relucir que tiene 40 años de experiencia en el
servicio público, en la política, que la inicio como líder estudiantil en la Facultad de la UAT hasta su
último trabajo como delegado de Gobernación en la entidad. Efectivamente, tiene historia, hagan
de cuenta que es una especie de “dinosaurio” de la política.
La historia que presume Felipe fue bajo la cobija, estructura y organización, del PRI; que lo hizo
tres veces diputado local y hasta Presidente de la Junta de Coordinación Política. Antes había sido
funcionario de Relaciones Públicas de la UAT, hasta del Gobierno del Estado, amén de líder
pardista y de sectores y organizaciones de su partido, en aquel entonces, el PRI. Tiene historia y,
a veces, ser tan conocido también genera puntos negativos… a veces el pasado, vaya pues, pesa.
Enfatiza Felipe, tengo historia, y otros que quieren lo mismo que yo, ni siquiera eso tienen.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES.
Hay un detalle en la época priista para llegar a ser gobernador, hagan de cuenta, se requería una
historia, además del afecto o cariño de quien decidía, del ?el de la balanza. Solo por recordar
unos: Tomas Yarrington fue alcalde, diputado federal y gobernador y antes un largo periodo
servidor público; Eugenio Hernández, igual, alcalde, diputado y gobernador. En otras palabras, la
historia del político es que prepara para tener más y mayores responsabilidades públicas.
Cuando Felipe Garza afirma que tiene historia y que, uno que otro de los que aspiran a la
candidatura en MORENA, ni eso tienen, repaso los nombres y el primero que me viene a la mente
es Américo Villarreal Guerra: hijo de papi hasta sus estudios universitarios, su matrimonio, luego
ejerció como cardiólogo y no se le conocen cargos políticos. Hasta que AMLO se acuerda de él,
porque fue amigo de su padre, y lo invita a ser candidato… porque MORENA en sus filas no tenía
figuras relevantes: Héctor Garza acababa de pasar por una candidatura y solo había obtenido 30
mil votos.
LA HISTORIA QUE CUENTA
AMLO quiere que MORENA gane el próximo año la gubernatura. La creencia es que, así lo hará,
sea quien sea el candidato. En esa coyuntura el Presidente variables para decidir: No puede
arriesgarse con un desconocido, tiene que ser alguien a conozca de cómo trabaja, los resultados
que ha cosechado, pero sobre todo que le garantice lealtad y, quizá, hasta obediencia ciega. No
pensara en los tamaulipecos, pensara en él y en su proyecto… por eso, repito: Que Dios nos agarre
confesados con su decisión, no queremos más de lo mismo.