Un fracaso partidos políticos locales
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Comenzó enero con un proceso atípico en el
medio político: La campaña por un escaño en el Senado de la República.
Por primera vez en la historia también, se da una muy escasa intensidad en
la participación ciudadana, tanto que los candidatos (3) optaron por hacer
eventos con reducido número de simpatizantes, gastar mucha suela con poca
gente. Se adaptan a los tiempos.
En dos días José Ramón Gómez Leal, pupilo de la coalición Juntos
Hacemos Historia, recorrió seis municipios: Jiménez, Padilla, Guémez, San
Fernando, Valle Hermoso y Reynosa, esta última su tierra donde fue arropado
por su padre del mismo nombre y su madre Graciela.
El Verde Ecologista Manuel Muñoz Cano agarró casa por casa en ejidos de
El Mante y Gómez Farías, dando una tregua el fin de año para que las familias
festejen en la intimidad, como Dios manda, esta fecha.
Por lo demás, el sector oficial está en veda de propaganda y comentarios
que incluyen cuentas personales de funcionarios en redes sociales.
Al arrancar enero el gobierno de Américo Villarreal entra en la etapa de
consolidación, tomar el control de los hilos del poder para aterrizar su proyecto
de gobierno, lo que incluye reformas a la Carta Estatal. Las baterías están
encaminadas a alcanzar las dos terceras partes de los votos del Congreso del
Estado.
De eso sabe mucho el presidente de la Comisión Permanente, Isidro
Vargas Fernández, cuando dice que pueden conseguir los 24 votos, lo que
conllevaría a decirle adiós a dos personajes siniestros del cabecismo: El Fiscal
Irving Barrios y el Auditor Jorge Espino Ascanio.
Igual enero representa oportunidad para los políticos inquietos, ya sea por
ideología o negocio, de crear partidos locales.
No podrán participar con candidatos sino hasta el 2027 –alcaldías,
diputaciones, gubernatura-, pero si el interés gira en torno a la lana, si les va
bien en el trámite, podrán recibir subsidio a partir del uno de junio del 2024.
A diferencia de otras entidades donde abundan, en Tamaulipas no son
negocio, o los políticos no han encontrado forma de explotarlos. De lo contrario
ahí los tendríamos junto a franquicias nacionales.
Los grupos regionales, y en su oportunidad los poderes fácticos cetemistas,
aunque tenían dinero a manos llenas, y gente a su disposición, nunca
explotaron este ángulo de sus hegemonías.
Al quinismo del “sólido sur”, que de facto se extendió a medio Tamaulipas,
no le llamó la atención crear su propio partido. Jugaban e imponían sus
condiciones en las siglas tricolores.
La pregunta es ¿le entrarán los cabecistas? Son los que tienen dinero y
ansias de volver al poder. Un partido local les puede servir de palero.
Aquellos que tengan interés, por convicciones o porque les ordene el que
pague, tienen hasta el último de enero para presentar la intención ante el
Instituto Electoral, y a partir de febrero todo un año para reunir la “friolera” de
7,125 firmas de apoyo, lo cual es una ganga.
Tempos también de registrar asociaciones políticas estatales, con un
mínimo de 1,500 asociados reunidos en 12 comités municipales y un estatal.
Es una figura ausente en Tamaulipas por falta de subsidio oficial.
Si a los aventureros les va bien, cumplen con los requisitos, recibirán dinero
en efectivo a partir de julio del 24´ sin necesidad de postular candidatos.
No es fácil crear una organización cuando no se está dispuesto a meterle
de la chequera propia. Veamos el caso de los siguientes soñadores que se
“calentaron” en el 2017 pensado en que escurriría miel muy pronto (por
entonces necesitaban 6,665 afiliados), pero no culminaron ni la primera etapa.
Los descalificó el árbitro.
1.- Alianza Ciudadana Tamaulipeca.- Hace seis años, el 24 de enero del
2017, el priísta Mauricio Cerda Galán presentó intención de crear su propio
partido luego de no encontrar oportunidades en el tricolor. El IETAM declaró
improcedente su petición. La asociación civil exigida fue integrada en el 2006
sin ser exclusiva para fines políticos.
2.- Movimiento Nueva Santander.- Igual en el 2017 los inquietos Juan
Carlos Oyarvide Flores, Homero Contreras Castillo y Acenet García Nava, de la
Comisión Ejecutiva Estatal, quisieron crear su organización. Fallaron.
3.- Ciudadanos Impulso Humanista.- Este prolongó un año más su agonía.
La solicitud fue desechada el 28 de febrero del 2018. Sus presuntos líderes
Porfirio Hernández Escobedo y José Leandro García Molina no supieron
reunir la documentación (es diferente al Partido Humanista nacional que no
cuajó en el 2015).
4.- Partido Joven.- Como promotores de la fundación aparecieron Miguel de
los Santos Obregón, Edgar Puente Sánchez y Sugey Acuña Quiñones.
Fracasaron también. (En Coahuila, con las mismas siglas postularon a
Humberto Moreira para diputado plurinominal, pero fracasaron).
5.- Partido Socialista Tamaulipeco.- Nunca pudo integrarse pese al trabajo
constante de un grupo de gente de izquierda liderada por Miguel Angel Guillén
Lara, antiguo integrante del Partido Socialista de los Trabajadores y del Frente
de Reconstrucción Nacional.
6.- Fuerza por México.- Fracasado a nivel nacional, en enero del 2022
buscaron registro local. Se los negó el IETAM porque no habían conquistado el
3 por ciento de votos en la elección del 6 de junio del 2021.
Son las últimas aventuras ¿van a insistir en 2023?. El costo es muy barato:
Contar con el 0.26 por ciento del padrón electoral.
PAN, batalla para agarrar moscas
 Qué lejos está aquel julio del 2016 cuando, por
un milagro –y una ayudadita desde Palacio de Gobierno-, el PAN se convirtió
en el partido “de moda”.
Habían ganado la gubernatura y virtualmente, afiliarse, era requisito para
conservar la chamba en el aparato estatal.
Los tiempos cambiaron. Los azules lucharán ahora por conservar su
registro. Ya ni las moscas se les paran.
Quieren el mínimo de afiliados. En lo electoral, en última instancia postulan
a simpatizantes ajenos (la mayor parte priístas como lo hicieron en el 2022).
Ahora mismo en Tamaulipas enlistan 8,380 activos, o menos porque
muchos se fueron en busca de nuevos horizontes a los establos guindas,
donde tampoco tienen las puertas abiertas.
Es un hecho que, para el refrendo (verificación) de 2023, estará batallando
para conseguir gente. Como es la costumbre de la casa, el mejor método es
pagar por afiliarse.
De los siete partidos nacionales con registro, es el que menos militancia
tiene: 252 mil, mucho menos que los 1.2 millones del PRD y 2.0 millones de su
otro socio, el PRI.
Entre paréntesis, no deja de ser una gran pena que, si el padrón ciudadano
nacional es de aproximadamente cien millones, solo seis millones estén
afiliados a un partido ¿falta de confianza en las organizaciones?.
Igual en territorio estatal. Las siglas panistas han dejado de generar interés.
No lo tendrán en por lo menos este y el siguiente sexenio. Su arribo a Palacio
fue efímero por las corrupción y abusos de su gobierno en que cayeron.
Hace seis años nadie pensaba que, de 400 mil afiliados de que presumía
en esta tierra cueruda, el PRI se quedaría con 60 mil (al 2022). Los
convenencieros y buscachambas perdieron el miedo a ser expulsados. El
partido dejó de ser agencia de colocaciones.
Así con el PAN, los pocos militantes le han perdido el miedo a sus
dirigentes. Ni voltearon a ver a su “Cachorro” Cantú cuando, a finales de
diciembre, amenazó con expulsar a las diputadas que votaron en contra de la
posición de su bancada.
Sería como hacerse el harakiri. Don Cacharro espantó una vez. Fue cuando
anunció a los cuatro vientos la expulsión de 95 militantes “por alta traición” a
las siglas, incluyendo a la matriarca de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez.
Ella impugnó con el alegato de que no fue expulsión sino renuncia ¿para
qué seguir en el partido que la reprimió y estuvo a punto de encarcelarla?.
Mismo caso de la amenaza contra las diputadas Linda Mireya González
Zúñiga, Sandra Luz García Guajardo y Nora Gómez González ¿qué ganan con
estar en el partido? Ni se inmutaron por el asunto. Si renuncian o las renuncian,
no podrán despojarlas del escaño que ganaron o les regalaron en la 65
legislatura.
Lo más seguro es que, ya sin partido, o aun en el Registro Nacional de
Militantes, se declaren libres en las siguientes semanas. No tienen nada que
perder, solo las cuotas que pagan.
En julio del 2021, dentro de “los 95”, 31 eran de Nuevo Laredo, de Madero
23 y así en los municipios más poblados. Ninguno ha solicitado su reingreso.
No lo necesitan.
Si hubiera motivo, hay que recordar que el neoleonés (de Hualahuises)
avecindado en Matamoros, Ramiro Salazar Rodríguez, fue expulsado “de por
vida” y aun así años después, en 2016, le dieron carta de anuencia para volver
a ser diputado local.
Los jefes del PAN son muy viscerales. Por quítame estas pajas quieren
expulsar a sus contrincantes internos. De la disputa por cualquier billete hacen
una carnicería.
En 2010 el entonces gerente, Francisco Garza de Coss, hizo una purga que
los dejó al borde de perder el registro, o el subsidio que es lo que más les
interesa.
Echó a 120 activos a los que consideraba sus enemigos y protegió en la
nómina del CDE a los consejeros suyos. Acusaba que se le habían salido del
corral. Algunos participaron en planillas con el enemigo, ya de regidores,
síndicos o suplentes, o representantes en casilla.
Los azules y su gente estaban entregados a la nómina de Palacio con el
PRI hecho gobierno.
Para 2023 y 2024 no es el mejor futuro el que espera del PAN. De los
socios ni hablar, el PRD está muerto y sepultado y el PRI batallará para
hacerse de una diputación plurinominal si, como parece, insiste en ir de socio
con los perniciosos celestes.
Pendientes del dato para junio del 2024 cuando se elegirán en Tamaulipas
alcaldes y diputados, conjuntamente con diputados federales, senadores y
Presidente de México.
Y hablando de la elección extraordinaria de Senador, Morena impugnó ante
el TRIFE el convenio de los socios Pan, Pri, Prd porque no habla
explícitamente del respeto a la igualdad de género, de postular a una mujer. El
asunto está en la Sala Monterrey pero nada de que Imelda Sanmiguel Sánchez
pudiera perder su registro.
En asuntos no políticos, mire que la UAT tiene en marcha un gran proyecto
ecológico: La factibilidad de convertir el Cerro del Diente, ubicado en la Sierra
Chiquita, en San Carlos, como área natural protegida del Estado, esto para
conservar la riqueza de especies que existen en la zona, según los
investigadores Héctor Arturo Garza Torres y Griselda Gaona García, del
Instituto de Ecología Aplicada.
PD.- Feliz año nuevo 2023 a todos. A todos.