PRESENCIA POR: ANA LUISA GARCIA

1.- Históricamente la transición sexenal ha tenido diferentes matices, algunos de total exclusión a la clase política del régimen saliente y no precisamente porque sean de diferentes partidos, uno de los ejemplos más claros tuvo lugar en el gobierno del Dr. Emilio Martínez Manautou, cuando los cuadros formados en la administración de don Enrique Cárdenas González no fueron tomados en cuenta por el mando sucesor, ni en el más modesto de los puestos.

            Varios de ellos que aún sobreviven, recuerdan amargamente ese capítulo de su trayectoria, sobre todo porque eran jóvenes que empezaban hacer carrera y esperaban un proceso de continuidad.

            En ese caso se trató de dos bandos priistas, sin embargo Martínez Manautou no quiso alojar en su gobierno a ningún elemento del “cardenismo”, y recurrió a incorporar a su gabinete a elementos externos que provenían de otras entidades, sumó a varios jóvenes amigos de su hijo, a su yerno y amigos de éste.

            Esa fue una transición de dos corrientes diferentes, pese a la extracción priista de ambos.

            En 2016 Tamaulipas vivió otra transición, ahora sí de partidos diferentes, y muchos priistas fueron lanzados a la calle, quizá todos o casi todos. En esa ocasión impactó incluso en servidores públicos menores identificados con el priismo, porque en esa época no había de otra, todo era tricolor.

            Actualmente a tres meses y 10 días de la transición, hay preocupación en la burocracia de medio pelo, porque los de primer nivel tienen plena conciencia desde el primer día en que arriban al poder, que su paso por las instituciones es transitorio, pero hay empleados de confianza que han sobrevivido varios sexenios del priismo y estos últimos seis años del PAN y ahora con el arribo del morenismo están en la “tablita”, no tienen nada seguro.

            Con esto respondemos a la interrogante del titular de esta columna, son los burócratas del Estado, no los sindicalizados, sino los de confianza, mayormente concentrados en la capital a los que pegará la transición. Algunos depositan sus esperanzas en la posibilidad de que el gobierno del Dr. Américo Villarreal Anaya por razones lógicas sea conformado en buena parte por priistas (o expriistas), que le den continuidad laboral a la mayor parte de los asalariados que conocen lo que hay que hacer y cómo hacerlo.

            Finalmente recordemos que el PAN cuando accedió al poder federal, con Vicente Fox no realizó cambios sustanciales, porque no disponía del equipo humano para reemplazarlos totalmente; luego con Felipe Calderón, y ya avanzado el sexenio empezó a sustituir a los priistas. En pocas palabras formar nuevos cuadros de servidores públicos no es rápido y mucho menos fácil.

            Los secretarios y subsecretarios son más fáciles de reemplazar que las bases de confianza, porque son estos últimos los que tienen que realizar la “chamba” y son los que usualmente conducen a los funcionarios sobre la ruta a seguir. Al Dr. Américo Villarreal le espera una tarea nada fácil en la renovación de esta estructura, sobre todo porque se le van a presentar muchos que le van a pedir trabajo “de lo que sea”, lo cual significa que no dominan ninguna actividad en especial, o lo que es peor, que no saben hacer nada.

            Además AVA tendrá que asignar alguna cuota para los partidos aliados que le acompañaron en la contienda, el PVEM y PT. A su favor tiene la existencia de una inmensa nómina de puestos menores para dar acomodo a los demandantes de oportunidades laborales que lo apoyaron en este proyecto.

            2.- Mientras que el primer panista de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca está convencido de que su partido ganará la impugnación realizada a los resultados electorales oficializados, el representante de Morena ante el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) rechazó las acusaciones que pretenden la anulación de la elección en el Estado por considerarlos improcedentes.

            FGCV estuvo en Tampico principal bastión azul para sostener reuniones con elementos claves para Acción Nacional y animar el proceso que busca echar abajo la victoria de los adversarios guindas. La postura panista centra su atención en los votos generados por la columna armada; a la presencia de boletas sin folio en municipios fronterizos, además de otras acusaciones en torno a financiamiento no justificado.

            Por su parte Jesús Eduardo Govea Orozco, representante de Morena, formuló declaraciones puntualizando lo que consideró errores en la petición de nulidad de la votación, que calificó de extemporánea, ya que no plantearon con oportunidad como causal específica de nulidad los resultados de los cómputos distritales y se enfocó al cómputo estatal. El cual “solo puede ser impugnado por error aritmético, de acuerdo al artículo 67 fracción V de la Ley de Medios de Impugnación Electorales de Tamaulipas”.

            Govea Orozco argumenta que es extemporáneo el recurso promovido contra la supuesta coacción y presión al electorado, porque “El artículo 12 de la Ley de Medios dispone que los medios de impugnación deberán presentarse dentro de los cuatro días contados a partir del día siguiente a aquél en que se tuvo conocimiento o que se hubiese notificado el acto, omisión o resolución impugnada”.

            La defensa de Morena al referirse a las acusaciones por la operación de la Columna Cívica Pedro José Méndez, argumentó que dicha organización cívica “se sumó al apoyo en favor de su candidato, como lo hicieron cientos de agrupaciones sociales a lo largo del Estado”.

            Como Usted ve, es un litigio conformado por acusaciones específicas del bando azul y argumentos de la defensa del grupo morenista, de tal suerte que serán los tribunales los que tengan la última palabra, primero el estatal y luego el federal cuyo fallo será definitivo e inapelable luego de que se desahoguen las pruebas y se cumplan los tiempos.