Tiempo de opinar

-Cabeza lanza culpas

-Morena le responde

Los últimos días han sido de definiciones, adhesiones  y la suma de cuadros provenientes de otros partidos a la candidatura de Américo Villarreal Guerra, lo que reafirma la convicción de que la elección del 5 de junio será de mero trámite y la confirmación del apoyo masivo a su proyecto.

En Reynosa, además de reafirmarse el apoyo del ex alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez, también se integraron con Américo, los operadores del PAN, Héctor Pérez Ibarra y Hugo Ramírez, así como el líder de la CNC, Mauro Martínez Barrera.

La integración de Luebhert tiene un valor simbólico: en el 2007 fue el operador del PRI que permitió rescatar Reynosa de las manos del PAN, derrotando a Gerardo Peña, el delfín de Francisco García Cabeza de Vaca, que pretendía tener un títere en el Ayuntamiento.

Ahí mismo, en Reynosa, Américo se reunió en privado con la ex alcaldesa Maki Ortiz, lo que dio como resultado que el sábado su hijo Carlos Peña Ortiz, actual alcalde, se presentase en  Matamoros a un mitin del candidato a gobernador donde ya estaba Mario López,  presidente de esa ciudad.

Con la asistencia de Carlos Peña  se esfumaron las esperanzas del PAN de sumar a madre e hijo a su campaña.

Durante la visita que Américo hizo a  Nuevo Laredo el jueves y viernes de la semana pasada, se habría concretado la integración a su campaña del ex alcalde José Suárez López, aunque hasta el momento no hay un comunicado que lo oficialice.

De ser así, Américo cuenta en Nuevo Laredo con el apoyo abierto o discreto de los ex alcaldes Daniel Peña, Ramón Garza Barrios, Horacio Garza, Carlos Canturosas y ahora de Pepe Suárez.

Otros personajes que se han sumado en los últimos días son Carlos Montiel Saeb, Héctor Peña Saldaña y Rogelio Soto Quiroz.

Rogelio fue candidato a alcalde suplente de Morena  en el 2018, pero en calidad de externo. En esa calidad participó en algunos eventos en la campaña del 2021.

Desde hace algunos años, Rogelio cuenta con una estructura que se mueve en el territorio. Su equipo está integrado sobre todo por gente joven que han visto en él un líder que los apapacha y consciente, que les festeja el cumpleaños, les organiza una carne asada, convive con ellos, los  trata como  hermanos, como  familia. Les echa la mano,  cada vez que puede.

Ahora Rogelio se suma a la campaña de  Américo y atrás de él trae a decenas de seguidores y miles de simpatizantes que acumuló en los dos últimos años, durante la pandemia, en que se dedicó a apoyar a los enfermos de Covid con consultas médicas y medicamentos. Apoyo a cientos, sin ningún interés político, lo hizo solo por el deseo de ayudar.

Junto a ese trabajo, en las redes sociales   goza de miles de seguidores con los que comparte aspectos de su vida diaria, además de que cuando se entera de que tal o cual persona necesita algún tipo de ayuda, siempre es el primero en salir en  su auxilio.

Es un tipo con un gran corazón.

Rogelio conoce el territorio, sabe lo que es operar y le va a entrar a apoyar la campaña de Américo, convencido de que es el mejor proyecto para Tamaulipas.

Como si todo lo anterior fuese poco, este día aparecieron tres encuestas que confirman la fortaleza de Morena y sus aliados: Electoralia da 54 puntos a Américo y 30 al PAN; Massive Caller, 52.5 contra 29.7; y, agárrense panistas: El Financiero, da 49 puntos a Américo y 40 al PAN.

Esta última encuesta  es un golpe brutal al ánimo de los panistas. De más de 15 empresas encuestadoras era la única que en marzo le daba 5 puntos de ventaja al PAN, 44 a 39. Hay otras dos o tres encuestas que le dan ventaja al PAN, pero nadie había escuchado antes de su existencia. Son encuestas patito.

El proyecto del PAN nació muerto y  no se pudo componer durante la campaña. A 27 días de la elección y 23 de que concluyan las campañas, muy poco se puede hacer para revertir los más de 20 puntos promedio que existen entre Morena y el PAN, eso haciendo a un lado la encuesta de Hora Cero de principios de abril que le da 33 puntos de diferencia y suele ser acertado en sus pronósticos.

El PAN  hará todo lo posible para robarle la elección a Morena, -como lo intento  en el 2021-pero suena imposible que lo consiga, porque ni el Presidente López Obrador ni el gobierno federal  están mancos.

Haciendo a un lado el decoro y el respeto a su propia investidura, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca se erigió   en el gran inquisidor y este día acusó y declaró culpables de diversos delitos a Américo Villarreal, Úrsula Salazar Mójica y Manuel Muñoz Cano.

Para el mandatario, Américo tiene nexos con los  hermanos Julio y Sergio Carmona Angulo; –aunque omitió  decir que su gobierno le entregó a los Carmona contratos por 376 millones de pesos de 2018 a 2021- la diputada Úrsula Salazar Mojica es culpable de solicitar un soborno y Manuel Muñoz Cano está implicado en el asesinato de Rodolfo Torre.

Convertido en señor de horca y  cuchillo, advirtió que le va a contestar a todos los que le hagan señalamientos.

La respuesta no se hizo esperar por parte de Morena y el delegado del CEN en Tamaulipas Ernesto Palacios Cordero dijo que la ofensiva de Cabeza de Vaca es la respuesta a que sabe que el PAN va  a perder las elecciones del 5 de junio.

Expuso que al lanzar culpas,  el gobernador “tiro al ceso de la basura toda investidura de autoridad para transformarse en un peligro para la democracia mexicana y puso de manifestó que utiliza a su antojo todo el sistema de justicia del Estado en contra de sus adversarios políticos”.

Ha decidido encabezar un peligroso proceso de persecución y criminalización de la política. Aquí no se está jugando limpio, las instituciones controladas por el gobernador están violando la neutralidad que debe garantizarse cuando hay elecciones”,  agregó.

Ayer habíamos dicho en este espacio que el PAN  haría todo lo posible por robarse las elecciones, ante la imposibilidad de ganar en las urnas.

El año pasado los tamaulipecos vimos como el PAN se negó a reconocer su derrota en las urnas e intento ganar en los tribunales lo que no ganó en las urnas. El caso de Nuevo Laredo fue patético: los rateros quejándose de que les querían robar.

El exabrupto de hoy de Cabeza de Vaca lo muestra colérico y desesperado. Y es que todavía el año pasado se sentía un súper operador e impuso como candidatos a alcaldes y diputados a personajes grises, convencido de que a base de billetes el partido arrasaría y en el 2024 sería candidato presidencial.

Se equivoco. La  ciudadanía le dio un voto de castigo a una administración estatal que no ha logrado avances en ningún rubro, por más que nos quieran convencer con la cantaleta de que “si no  lo ves, es porque no lo quieres ver”.

Hoy  cabeza sabe que el poder se le esfuma, que le quedan 143 días al frente del gobierno, que si gana el PAN contará con el amparo y protección de Verástegui, pero si se pierde la elección, tendrá que hacer frente al desmedido poder presidencial de ese personaje al que ha desafiado.

Sobre su  cabeza pende el proceso de desafuero. Habrá que ver si Verástegui está de acuerdo en enfrentar a AMLO, si gana la gubernatura, para proteger a su socio.

El PAN perdió el año pasado por culpa de Cabeza, pero él nunca lo admitió, porque no es demócrata y gobierna para su familia y sus cuates. Si fuera más modesto habría aceptado que el candidato a gobernador  fuese Jesús Nader, con el cual tampoco ganaría el PAN, pero al menos estaría haciendo un papel más decoroso que el de César Verástegui, un pobre hombre que cada día de campaña se somete a un tormento, pues no sabe hablar, ni quiere hablar.