ADIOS, ¡ALMA GRANDE!

por: VICTOR CONTRERAS

Allá nos vemos, ¿no?
Tu eres ¿o eras? No lo sé, segun me contabas, eras igual que tú Tío Alberto, el Gran Alma Grande.
Y yo lo veia.
Y lo comprobé muchas veces.
A mi nadie me lo platico.
Te quitabas la camisa por quien te lo pidiera o el que lo necesitara. Y si no lo tenías buscaba manera de ayudarle. ¡ A mi, me consta!
Recuerdo aquel domingo ponr la mañana, cuando con tus propios recursos enviaste a unos chavales en una Suburban, a probar suerte en los equipos de las.fuerzas básicas de futbol en Gudalajara. Y varios de ellos fueron aceptados.
Y de tantas gentes que ayudaste, a mi eso no se me olvida.
Eres y serás un gran tipo, hermano.
Debo reconocer que eres un gran deportista y tu pasión era el deporte.
Y apoyabas al deporte, sobre todo al deporte social, al llanero, al de la raza, a los de abajo.
Pero tu mejor deporte era ayudar a la gente y en eso, nadie te ganaba, eras un campeón.
Tu mejor deporte era ayudar a la gente, porque dabas y entregabas el corazón.
Esa era tu pasión, tu vocación, tu misión en esta vida.
Quizá te alentaba que tu Padre el licenciado Ruben Rivera, el ex rector de la UAT, o tu abuelo Don Meliton que fue alcalde de esta ciudad Victoria, te heredaron la vocación de servicio a los demás, pero te parecías a más a tu Tío Alberto y la filosofía de tu abuela Lilia Guerra.
Siempre serás en nuestro recuerdo. Un Alma Grande.
A mi, me gana el cariño de haber sido uno de tus cómplices de sueños.
A mi, también me gana ser amigo de tu gran hermano Gustavo, un Gracias tipo.
Pero más me gana el corazón, es haber sido unos de loa alumnos consentidos del Jardin de Niños » Anexa a la Normal» donde la directora, era tu señora linda señora Madre, que sé que ahora está sufriendo.
Te agradezco haberme dado la gran oportunidad y el privilegio de ser tu amigo.
Te reitero, pocas veces se tienen amigos como tú.
Y tu eres de esas pocas personas que uno lleva en el alma, presumiendo por doquier, y diciendo : ¡Ruben, es mi amigo!
Te mando un fuerte abrazo, hermano,.
¿Y por que no? En lugar de decirte un adios.
Mejor te digo:
Allá nos vemos, ¿no?
ABRAZOTE, MI QUERIDO «ALMA GRANDE
PD
Mi sincero pésame para toda la familia y en especial para su hija.