Coronavirus, las renuncias no solucionan

Cd. Victoria, Tamaulipas.- De plano ya es más que preocupante el avance
del coronavirus en Tamaulipas. Nada ni nadie lo detiene ¿qué pasa? ¿quién
falla?.
No está lejos aquel 16 de marzo cuando la secretaría de Salud confirmó el
primer positivo, un extranjero originario de Malasia residente en Altamira por
cuestiones laborales. De esto hace 130 días.
De entonces a la fecha van 14 mil 930 casos (tarde del domingo), un
promedio de 114.8 cada 24 horas y… Contando.
El primer muerto fue reportado el cuatro de abril, en Reynosa, una mujer
adulta de doble nacionalidad, mexicana y estadounidense.
La estadística es hoy de 915 muertos, más de ocho por día, y no hay para
cuando reducir.
El fin de semana la jefa de Salud, Gloria Molina Gamboa, subió un video –
nunca sostiene conferencias de prensa-, en que sin mucha emoción de alarma
dice que Tamaulipas “continúa sufriendo el impacto de la pandemia, los casos
no disminuyen, la curva no se aplana, los fallecimientos se siguen presentando”.
Confirma lo que la prensa publica todos los días, que el sistema de salud
está por colapsar, que están al ciento por ciento los hospitales del IMSS en
Victoria, Matamoros y Nuevo Laredo, y cuatro más del ISSSTE, y van por
improvisar más camas.
“Estamos cerca de saturar el sistema hospitalario”, dice en su video.
Algo que ya sabe la comunidad, la prensa lo difunde todos los días, pero a la
responsable de la salud de los tamaulipecos, no le escuchamos algo nuevo, un
camino diferente que conlleve a aplanar la curva del crecimiento de contagios y
muertes.
Ya no vale que los fallecidos eran viejitos, padecían presión alta, que
fumaban mucho, padecían sobrepeso o eran afectos al alcohol.
El grueso de muertos está en la mejor edad productiva, entre los 40 y 50
años y sin enfermedades crónicas.
Ya no pegó eso de quédate en casa. Tampoco echar la culpa toda a la
comunidad, grandes y chicos, a esa masa sin razonamiento ni rumbo fijo.
Más de cuatro meses de inactividad en el gobierno, cierre de empresas,
negocios grandes y pequeños, restricción de horarios y ¡nada!.
En los primeros de julio, ante el creciente número de contagios, el
Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca dio un golpe sobre la mesa, hizo
una llamada de atención al Sector Salud y a la población a respetar los
protocolos de prevención. Nada.
Algo tendrá que hacerse y debe salir del sector oficial, llamar y conjuntar a la
sociedad para empujar en un mismo sentido. A estas alturas las renuncias no
son la solución. Nada lograríamos los tamaulipecos si ella se va. Al contrario,
que se quede y le ponga ganas, que no se dedique a subir a Internet su
boletincito diario y allá quien lo lea o lo publique la prensa.
Se me hace que urge un relanzamiento de campaña de prevención, un
combate frontal liderado por ella ¿por quien más?. Pedir más presupuesto al
gobierno federal, como lo hace cada que puede, no le va a generar resultados.
No le van a mandar más billetes.
En medio de ese crecimiento de la pandemia, el lunes tres de agosto, luego
de cuatro meses y medio de inactividad, la burocracia de Tamaulipas debe
regresar a sus tareas en forma escalonada.
Muy cierto, la gente no puede quedarse más en sus casas. La economía se
ha derrumbado y esto tiene que volver a la nueva normalidad. Debemos
aprender a convivir con el coronavirus o nos hará colapsar en la vida diaria.
En edición vespertina, la noche del viernes, el Periódico Oficial del Estado
publicó los avisos de Gloria Molina Gamboa y Don Jesús Alberto Salazar, jefe de
Administración, respecto al retorno, horarios de entrada y salida y medidas
precautorias que eviten el contagio..
Habrá problemas. No es fácil.
Los elevadores solo pueden ser usados por seis personas. Los comedores
quedan eliminados. La distancia mínima de los oficinistas deben ser de metro y
medio. Quedan eliminados los relojes biométricos para controlar asistencias.
El pronóstico es de desorden para el siguiente lunes, sobre todo en la Torre
Bicentenario, que es donde labora lo grueso de los servidores estatales.
No bastará la buena voluntad de la burocracia, que la hay. El protocolo dice
que deben desinfectar antes de usar, oficinas, escritorios, teléfonos,
computadores y equipos, utensilios en general. Debe haber suficiente material
sanitizante ¿quién lo va a garantizar?.
Si bien nos va, según los cálculos de los jefes, en dos meses, ahí por los
primeros de octubre deberá estar funcionando al ciento por ciento la burocracia,
hablando de los que no están en rango de alto riesgo o son adultos mayores.
Los empleados ingresarán a los edificios en diferentes horarios y terminarán
su jornada igual. Habrá un cuestionario de autodiagnóstico al que también deben
someterse.
Y ahora nos llueve sobre mojado. Las consecuencias de la tormenta
Hanna inundaron Reynosa y poblaciones de la faja fronteriza.
Vía redes, el Gobernador Cabeza de Vaca agradeció este domingo a
Sedena, Conagua, Protección Civil Tamaulipas, Seguridad Pública,
Bienestar Social y municipio de Reynosa, las labores de auxilio.
Mientras tanto la alcaldesa reynosense, Maki Ortiz Domínguez, clamaba
a la Conagua: Por favor abre las compuertas hacia abajo del Canal Rodhe y
Anzaldúas para que pueda fluir el agua de las colonias. Ya tenemos muchas
con el agua hasta el tórax!