El Fogón Por: José Ángel Solorio Martínez

 

MORENA ante el desafío de la transición

¿Será realmente MORENA una fuerza real e influyente en el 2021 en Tamaulipas?

Hasta ahora, es un ente viscoso, gelatinoso, que no parece tener forma. Por una parte, cuenta con un importantísimo soporte en las políticas sociales del Presidente, Andrés Manuel López Obrador; por la otra, esa fortaleza se diluye ante la inexistencia de una estructura política operante y operativa en la entidad. ¿Qué tareas de apremiante urgencia deben los obradoristas poner en marcha en la entidad?

1.- El inaplazable nombramiento, de un Delegado político estatal, que baje al estado las políticas del Comité Ejecutivo Nacional. La ausencia de ese interlocutor, –sumado a la inexistencia de Comités municipales y Estatal– ha dispersado a MORENA de tal manera que da la impresión de ser una organización marginal y no un partido de gobierno. (Ese hueco, ha permitido que discursos chicharroneros y mesiánicos como el de Alejandro Rojas, ganen adeptos en la región y generen ruido desorientador al interior de la militancia)

2.- La ejecución de estrategias para convocar a tareas unitarias del morenismo tamaulipeco. Existen dos coordinadoras parlamentarias –de las cuales no se hace una, por sus pobres visiones legislativas– que lanzan señales al exterior de ese partido, muy deplorables hacia la sociedad tamaulipeca. En parte, esa fragmentación ha sido prohijada por la falta de liderazgo del CDE. ¿Por qué no aplicar los estatutos partidistas que establecen que el CDE debe proponer al coordinador parlamentario? ¿A qué se debe, que dos damas se autonombren coordinadoras? (Tan grave y grotesco es esa circunstancia, que ninguna de las fracciones parlamentarias de MORENA, posee una agenda legislativa concurrente con las políticas de la IV T). Sencillo: porque no tiene legitimidad ni liderazgo quien funge gracias por las artes de nadie sabe quién, como provisional Presidente del CDE. Eso es lo que hay que desaparecer: el vacío de poder, que tiene a ese partido hecho una piltrafa social.

3.- Un necesario arqueo a los fondos de MORENA en Tamaulipas. Su Tesorero, ha sido reiteradamente –con pruebas más que contundentes– acusado de fraude. Son decenas de denuncias contra ese abominable sujeto. Hasta la rentera del inmueble donde operó por años como sede, persigue a los supuestos dirigentes para que cubran los adeudos. Hasta ahora, no lo ha logrado; o si lo ha logrado, ha sido en cómodos abonos. Quienes han sido candidatos a diversos cargos, puede enriquecer los estropicios financieros de quien se sigue riendo de la militancia sin soltar la chequera.

4.- La instalación del Comité Estatal y Comités Municipales –o delegaciones colectivas municipales– que funcionen como dirigencias. (La situación sanitaria y la exigencia de cumplir con los mandatos de los estatutos y los ordenamientos del INE, deben moldear esta estrategia para no violentar el mandato estatutario y las leyes electorales).

5.- Incorporar, a diputados federales y a senadores, a la estructura de MORENA. Andan como perros en la noche: se oyen los ladridos, pero nadie sabe a quién le ladran. (Con todo respeto. Es una metáfora, para ilustrar, que esos representantes morenistas, andan en su papel de opositores en Tamaulipas, cada quien por su lado; y otros, por sin ningún lado). En otras palabras: se requiere que esos legisladores –de la Cámara baja y Cámara alta–, se sumen a una estrategia política que ubique a MORENA como un contrapeso real al panismo tamaulipeco. Ni pío han dicho, sobre el errático y deplorable programa sanitario de la Secretaria de Salud, Gloria Molina –¡Y eso que un senador obradorista, es médico!–; e igual pasó, con la aprobación de la facción panista del crédito de 4 mil 600 millones de pesos para la administración estatal. Y ni se diga ante la parálisis financiera de algunas áreas gubernamentales; como en Educación: tienen 5 meses de no entregar becas a estudiantes. No hay mañana: es de inaplazable resolución. Si en las próximas semanas, no hay alguna de aquellas señales, MORENA y miles de electores perderán la oportunidad histórica, de transitar saludablemente de la alternancia a la transición política en Tamaulipas.