Aun con muertos, la vida tiene que seguir

Opinión pública
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Este lunes nuestro país emprende el regreso a la
“nueva normalidad” generada por el Covid-19. No hay las condiciones de salud
pero la economía no puede seguir paralizada por más tiempo.
No se le puede pedir a la sociedad un aislamiento permanente mientras
merma su calidad de vida, surge más pobreza y aparecen más familias sin
recursos para comer.
La vida tiene que seguir aun con enfermos y muertos. Si no podemos vencer
el mal debemos aprender a convivir con él, tomar las precauciones y que Dios
nos ayude.
Como dice una máxima de la guerra: Si no puedes con su enemigo, únetele.
Todo México está en semáforo rojo. Con excepción de Zacatecas donde la
situación no es extrema, en el resto de la entidades el riesgo de contagios es
alto.
De Tamaulipas ni para qué hacer paréntesis. Los positivos y fallecimientos
siguen en crecimiento. Para este domingo casi mil 900 positivos, 117 decesos y
la tabla sigue en repunte. La taza de letalidad anda en el 6.2 por ciento.
A partir del uno de junio, con estrictos protocolos de seguridad, se disponen
a reanudar la industria cervecera, construcción, minería, armadoras de
automóviles, restaurantes, autopartes y otras no esenciales.
En Tamaulipas la tarde del sábado las secretarías de Salud y Desarrollo
Económico, publicaron los lineamientos de seguridad sanitaria y de salud para la
reapertura responsable de 22 bloques de actividades.
El gobierno federal lo había hecho 15 días atrás.
Muy completas las normas. Fueron pensadas en evitar cualquier contagio. El
gran problema será que se cumplan. La gente tiene necesidad de trabajar para
subsistir, comer, y carece de recursos en efectivo para comprar materiales de
prevención. Hay quien no tiene ni para cubrebocas.
Según la regulación, la última actividad en reanudar serán los tianguis y
puestos fijos y semifijos, apenas después de las guarderías, centros de
desarrollo infantil y legislativas (diputados).
Pero este mismo domingo –por poner un ejemplo-, el más grande tianguis
que se instala en ciudad Victoria, conocido como La Paz, funcionó a toda su
capacidad con miles de oferentes –entre ellos los que venden automotores
“chuecos”- y potenciales clientes.
Nuestra entidad no está en condiciones de iniciar la primera etapa de
liberación, y los tianguistas ya están al cien.

Según la norma publicada en el Estado, en la Fase I el más alto porcentaje
de liberación es para los hoteles, que pueden laborar al 50 por ciento siempre y
cuando cumplan con las disposiciones preventivas.
Al 25 pueden abrir: Restaurantes, comercios en general, puestos fijos y
semifijos, servicios en general y servicios de bajo riesgo.
Cada negocio deberá obtener la constancia de “Reapertura de
Establecimiento” vigente, emitida por la Comisión Estatal para la Protección
Contra Riesgos Sanitarios y mantenerla en todo momento visible al público.
La realidad es que la inmensa mayoría de los giros nunca han dejado de
laborar, tal y como los políticos, no esenciales, nunca han dejado de andar en la
calle.
Los requisitos para la constancia son tantos que harán que las pequeñas
empresas y negocios familiares las evadan, aparte que los órganos de Coepris
no disponen de personal suficiente para inspeccionar.
Más que nada se hará apelando a la palabra y a la buena fe de propietarios,
gerentes o responsables. En ellos descansará el éxito o fracaso de las medidas
y por tanto frenar o dejar crecer la pandemia.
Hay negocios (pequeños) ya en quiebra en dos meses y medio de
inactividad. Otros siguen la ruta.
De los que quedan, deberán hacer más desembolsos en material e insumos
de limpieza cuyos costo se ha disparado, en instalar por ejemplo abridores de
pie y brazo en puertas de acceso, comprar tomadores de temperatura así como
tapetes sanitizantes.
Fuera de lo material y mundano, hay algo más importante: Debemos
formarnos la idea de la nueva realidad. Es algo que durará meses y
posiblemente años. Que nos sirva de aprendizaje para futuras epidemias.
Aprender que, en adelante, en nuestros trabajos debemos evitar el uso de
celulares, pulseras, relojes y joyería; guardar la sana distancia de 1.5 metros
entre personas y, algo que traíamos arraigado desde hace siglos: Olvidar el
saludo de mano y de mejilla.
En nuestras costumbres y normas de conducta quedará un antes y después
del coronavirus. En riesgo y desparezca el saludo al que estábamos
acostumbrados.
Así nacerá la nueva realidad ¿un sociedad más distante?. Si somos sociales
por naturaleza ¿como superarlo?. Los estudiosos ya lo analizan.
En otros asuntos, el fin de semana por primera vez hizo ruido el flamante
Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA por su siglas en español), que tiene
como objetivo provocar la renuncia del Presidente López. Se manifestaron
abordo de automóviles en Tampico y Ciudad Victoria.
El grupo fue integrado apenas el ocho de mayo por empresarios del Grupo
Soriana, acusando a López de conducir a México rumbo al comunismo.
Al respecto se nos hace que Don Pedro Luis Martín Bringas anda haciendo
“pipí” fuera del hoyo. Con eso confirma que no es asesorado por partido político

alguno. El Presidente nunca va a renunciar porque se lo piden los
conservadores. Debería buscarle por otro lado.