Cabeza el autócrata

Cabeza el autócrata
Por Oscar Díaz Salazar

Para tomarse la fotografía y dar el banderazo de arranque de diversas obras, para el mejoramiento del sistema de agua potable y drenaje, por un monto (supuesto) de 231 millones de pesos, hoy estuvo en Reynosa el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Al acto en el que se anunciaron obras que beneficiarán a 600 mil personas, asistieron: el gobernador Cabeza de Vaca, el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Gilberto Estrella y el gerente de la COMAPA Reynosa, Jesús Má Moreno.

En las fotografías del evento, -y por supuesto en el evento-, fue muy evidente la inasistencia de la presidenta municipal de Reynosa, Maki Esther Ortiz Domínguez. La ausencia de la presidenta de Reynosa en los actos del gobernador, es una historia ya conocida por los habitantes de Reynosa, así como también se sabe de las múltiples discordias entre estos dos servidores públicos emanados del mismo Partido Acción Nacional.

Es muy sabido por los reynosenses que las diferencias entre Maki y Cabeza de Vaca, han llegado al extremo de romper todo tipo de relaciones (bueno, casi todas, con excepción de los negocios) al grado de no atender ni el mínimo trato institucional al que los obligan sus investiduras.

Pero el gobernador Cabeza de Vaca no sólo dejó de hablar, invitar y atender invitaciones de la alcaldesa Maki Ortiz, no le basta con aplicar la ley del hielo a Maki, parece que también quiere «pelear» con el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.

Las constantes declaraciones de Cabeza de Vaca para descalificar las decisiones, declaraciones, obras, programas, proyectos y políticas del gobierno federal, aunado a la participación en cónclaves con otros gobernadores, para el mismo propósito de discrepar con el presidente, pueden lograr el propósito, evidente y lógico, de descomponer las relaciones con el Jefe del Poder Ejecutivo Federal.

Al observar que Cabeza de Vaca no es capaz de conducirse con apego a la cortesía profesional e institucional con la presidenta municipal, de su ciudad y de su mismo partido, y que lo mismo ocurre con su trato hacia el presidente López Obrador, es obvio deducir que el problema se llama Francisco y se apellida García.

Si bien le ha sido muy útil en su carrera política ese espíritu combativo, para decir en forma «sutil» lo mismo que quienes afirman que «tiene alma de pandillero», es necesario que el gobernador entienda que no es un reyezuelo que pueda hacer y deshacer a capricho, es útil que comprenda que hay otras voluntades, otras voces, otros actores, otras autoridades, otros poderes… Algunos de los cuales son más fuertes que el que hoy ejerce.