El PRI y su “Alito” de esperanza
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Si le hacemos caso a los sondeos de opinión, para
después de los comicios de junio del 2021 el PRI se quedará con cuatro
gobernadores: Hidalgo, Oaxaca, Coahuila y el Estado de México.
En los comicios de ese año perderá siete estados: Colima, Guerrero, San Luis
Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, que caerán en manos del
Movimiento de Regeneración Nacional.
Mejor explicado: De la renovación de 15 gubernaturas el año venidero, el
tricolor no ganará ninguna, según los sondeos publicados por empresas
especializadas.
Pero puede ¿cambiar?.
El jerarca nacional, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas se reunió con los once
gobernadores que le quedan ¿de qué hablaron? ¿uno para todos y todos para
uno?. Lo que aceptan es que le van a echar toda la carne al asador a partir del
2020 en que hay comicios locales en Hidalgo y Coahuila. Aseguran que van a
ganar alcaldías y diputaciones.
Es factible que así sea, son entidades que siguen administradas por los
tricolores. Tienen para “enaceitar” la maquinaria.
Esto nos recuerda que, cuando a partir del 2000 quedaron “huerfanitos” al
perder la Presidencia de la República, los gobernadores se convirtieron en factor
de decisión: Nombraban a su sucesor y le metían lana oficial (no se su bolsa) a las
campañas, ya sea en efectivo o en despensas.
No pocos saben que Tamaulipas, en los años de Eugenio Hernández Flores,
“prestó” operadores priístas a varios candidatos para ir por las gubernaturas. Fue
un acuerdo nacional para recuperar la Presidencial, como lo hicieron, en el 2012.
Tales enviados no siempre ganaron pero cómo se divirtieron y gastaron a lo
cabrón. Los paisanos tenían chequera libre para viajar al sureste o al centro del
país. Esta vez ¿será la misma mecánica?. Si trabajan con unidad e inteligencia, o
bajo las órdenes del innombrable Carlos Salinas de Gortari, podrán hacerlo.
Cuando los dos sexenios de orfandad, en nuestra tierra el sombrerudo Manuel
Cavazos Lerma fue factor para imponer como sucesor a Tomás Yarrington, y este
a su vez se decidió por Eugenio. Llegado el momento siguió la cadena y el
candidato fue el asesinado Rodolfo Torre Cantú, reemplazado de inmediato –
decisión de Geño- por su hermano Egidio.
Terminó ahí la sucesión priísta. Torre quiso imponer a su amigo Alejandro
Etienne y, al no encontrar respuesta del Presidente Peña, se rindió y entregó la
plaza.
Hoy, con muchos meses de anticipación al ritual de los tiempos y destapes, ha
surgido la primera voz que quiere levantar los ánimos rumbo a la elección del
2022. Ese no es otro que Enrique Cárdenas del Avellano, con una amplia
experiencia en cargos de elección. No ha perdido una a partir de 1998 en que jugó
por la presidencia de Victoria.

Su currículum incluye dos diputaciones federales y una local en que fue líder

del Congreso. Solo le falta pasar por el Senado y ser gobernador.
En ese año habrá elecciones en Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo,
Durango y Aguascalientes. A la distancia de tres años y medio es muy difícil hacer
un diagnóstico de intención del voto ciudadano.
Enrique es de los últimos convencidos y leales a toda prueba a la camiseta,
como lo fue su padre Don Enrique y es su madre Doña Bertha.
Pese a su amistad con “Alito” Moreno, decidió no participar en la interna por la
presidencia estatal del tricolor. Se unió con Edgardo Melhem Salinas y sacaron el
proceso unidos. Da la impresión que ya traía su proyecto en mano con el apoyo de
la jerarquía nacional.
Es válido y, en territorio donde su partido no es gobierno, no necesita pedir el
permiso del jefe político como se estilaba en aquellos tiempos del ex invencible.
Ahora son los panistas los que requieren de la venía del que manda.
¿Quién más podría entrarle? Nadie. Baltazar Hinojosa Ochoa no volverá ni por
broma; Oscar Luebbert Gutiérrez ya trae un pie en el estribo morenista y Marco
Antonio Bernal está acostumbrado a cosechar sin sembrar.
Si los priístas se aplican dando la cara y haciendo “talacha” en esas 15
entidades en que habrá renovación de gobierno antes que en Tamaulipas, otro
gallo les cantará en junio del 2021.
Nunca como ahora la gente del Revolucionario había madrugado tanto. Si le
entran podrán hacer papel decoroso en una entidad en que son oposición.
Llegado el momento sabremos si los gobernadores le van a echar la carne al
asador como difundieron los comunicados oficiales del CEN, luego de la reunión
de Moreno con los mandatarios.
Resumiendo: Es el “Alito” de esperanza que le queda a los revolucionarios
para los siguientes procesos electorales.
Bueno, ya solo vamos a terminar el posible escenario del 21´ en las 32
entidades (incluye la Cdmx).
El PAN, que ahora tiene diez, se quedaría con ocho. De las 15 en disputa es
gobierno en Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Querétaro.
Estaría en condición de retener Querétaro y conquistar Nuevo León, que ahora
desgobierna “Don Bronco” Rodríguez Calderón.
Lógico que el PRD perderá la única posición que tiene, Michoacán, para
entregarla a Morena.
Por su parte los pejistas ganarían (en el 21) 13 gobiernos para sumar 19 antes
de comenzar su caída lógica de desgaste en el 2022.
Precisamente en ese año se efectuarán elecciones en Tamaulipas, Quintana
Roo, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Aguascalientes, las primeras tres dominadas
por Acción Nacional y donde los pronósticos están muy lejos. En términos del
Filósofo de Guemes, primeros se define el “1” y luego “2”.
El sábado 21 a las doce del día en el Salón las Palmas, por el camino a San
Vicente, colonia Emiliano Zapata, de Jaumave, se efectuará la asamblea
constitutiva del partido México Libre, distrito VI, cabecera El Mante