El 53.2% de aprobación que hoy alcanza el Alcalde Beto Granados, de acuerdo con la medición de GobernArte realizada del 13 al 19 de diciembre, se explica a partir de una secuencia de hechos visibles que fueron consolidando el ánimo de la ciudad.
Todo inició con el pino navideño. Blanco, distinto, rápidamente generó conversación en redes: el llamado “pino de Amanda Miguel”. Ahí apareció el oficio político del alcalde, no negó el comentario ni lo confrontó; lo asumió con naturalidad y lo convirtió en una invitación abierta. De inmediato pasó a ser una atracción turística de la ciudad.
Después llegó el Desfile Navideño. Miles de personas en las calles, orden, saldo blanco y familias completas conviviendo. El mensaje fue directo: Matamoros podía volver a reunirse sin miedo. El desfile no fue solo un evento, fue una confirmación de confianza.
Con el paso de los días, la decoración de la Plaza Principal consolidó ese cambio. Luces, figuras y un entorno atractivo provocaron que la gente regresara noche tras noche. El Centro Histórico dejó de estar vacío y volvió a funcionar como punto de encuentro.
Finalmente, abrir el Balcón de la Presidencia Municipal cerró el ciclo para que las familias pudieran tomarse fotografías con el pino navideño y la Plaza Principal como escenario. Una decisión inspirada en el enfoque humanista que ha impulsado el Gobernador Américo Villarreal Anaya, donde el gobierno se acerca a la gente y comparte el espacio público.
Ahí está la lectura política del 53.2%: una aprobación que se construyó con hechos visibles y decisiones que conectaron al gobierno y a sus ciudadanos.