Urgen operadores a gabinete cabecista
Cd. Victoria, Tamaulipas.- El rumor –otra vez- dice que habrá cambios en el
gabinete cabecista en los siguientes días. Como siempre, la pregunta ¿es
bueno o es malo?.
La verdad es que, a estas alturas del sexenio, carece de importancia quien
se va, se queda o llega, y menos interesa a las bases que representan el “voto
duro”, ahí a donde los beneficios sociales ya no llegan. El clamor popular fue
ahogado en la intrincada burocracia.
Obras y acciones no hay porque el 85 por ciento de las participaciones
federales están embargadas por los bancos, para cobrarse créditos que vienen
desde el 2009 y se incrementaron en el presente sexenio.
Las estaciones de vigilancia carretera y otros renglones de seguridad son
créditos y contratos también a pagar a largos años.
Afirma el dato extraoficial que la renovación viene en las carteras de Salud
y Bienestar Social, que en la práctica son el brazo electoral de los gobiernos, y
principalmente el panista.
Es entendible que la “barredora” llegue en esos frentes. La administración
quiere “refuerzos” para las elecciones que vienen y representan la “vida o
muere” del panismo en Tamaulipas.
Por lo visto los secretarios Gloria Molina Gamboa y Rómulo Garza Martínez
no estuvieron a la altura. Fallaron en el trabajo político, lo electoral.
Tienen excusa porque no son de Tamaulipas (si bien Garza nació en El
Mante), no conocen la idiosincrasia, costumbres y tradiciones de los cuerudos.
Pero no es culpa del indio sino de quien lo hace compadre.
La eficiencia de un gabinete no se mide por el trabajo de sus integrantes
sino por los éxitos políticos. Hasta las elecciones del 2019 la Sebien funcionó
en las elecciones. Más antes la SS respondía al “cerillazo” con los Comités de
Salud, desde donde se inducía y “compraba” el sufragio.
El seis de junio sus instalaciones en cada colonia y ejido se convirtieron en
comités de campaña y granjas de “mapaches”, pero a lo vulgar. Faltó el trabajo
fino, itinerante de un titular que hiciera amarres para la causa. Doña Gloria
permanece encerrada a piedra y lodo en el edificio del 17 Guerrero y Bravo.
A Bienestar Social le pasó lo mismo. Rómulo confió en las miles de mujeres
y varones “voluntarios” pero con paga, que contrataron desde la Coordinación
Emocional, pero él no fue al lugar de los hechos.
Para conservar el poder en la renovación que viene, hacen falta
“mapaches” más entrenados y comprometidos, que den la cara, que salgan a
los “baños de pueblo”.
El primer contacto de un gobernador con la comunidad son sus
colaboradores. Deben estar disponibles las 24 horas los 365 día de la semana
y no que corran a Reynosa y Mc Allen el viernes y regresen el martes. La
escuela es de los priístas.
En ese terreno de los “mapaches”, caería en su terreno el ya casi ex
diputado Arturo Soto Alemán o cualquier priísta operador como Pepe
Hernández Cuesta, Lucino Cervantes Durán, “El Pipo” Rodríguez Sánchez, “El
Negro” Gamundi Rosas y esa pléyade de estrellas del glorioso pasado tricolor.
Si ya son los mismos, los prianistas, no es descabellado que en Salud
nombren a un Oscar Almaraz Smer o Yahleel Abdala Carmona, por mencionar
las últimas contrataciones de la nomenklatura.
A comienzos del gobierno cabecista, la jefatura recayó en una trabajadora
social, regiomontana, de nombre Lydia Madero García, cuando el perfil que se
necesita es de médico.
Al preguntarle los reporteros de su proyecto de chamba, la famosa panista
sorprendió: “No vengo a curar personas, vengo a curar al sistema”.
A los pocos meses “saltó”. No le dieron tiempo ni de elaborar el diagnóstico
del “sistema” para determinar la posible cura.
Hasta el gobierno de Eugenio Hernández Flores, Salud fue un
extraordinario brazo electoral del gobierno ¿el PAN lo quiere revivir? Parece la
intención. Solo así estarían en condición de ganar la batalla electoral del cinco
de junio del 2022.
La chamba que haga un secretario es lo de menos. De aquellos 18 que el
Gobernador dio a conocer el 30 de septiembre del 2016, en Tampico, ya solo
quedan cuatro: César Verástegui, Irving Barrios, Gilberto Estrella y Cecilia del
Alto ¿los más leales?.
Al dar a conocer el gabinetazo, el jefe dijo a la prensa que “el que no
cumpla se va” ¿no cumplieron?. Debe ser.
Hasta el que parecía inamovible, Víctor Sáenz Martínez, jefe de la Oficina
del Gobernador, saltó del gobierno. Dícese que fue una agraria discusión.
El que se pensaba duraría menos, propicio para desencuentros por el
“estilo” de manejar la política interior, Verástegui, ha perdurado y se perfile para
ser el candidato del grupo a la sucesión.
Es el político político, calculador, de los que le hacen falta más al gobierno
azul para enfrentar la batalla final del 22´.
Antes de irnos, vaya vergonzante huida la de Ricardo Anaya Cortés, ex
candidato Presidencial, al echar pies en polvorosa luego de ser citado por la
Fiscalía, por presunta corrupción. Si todos los que reciben esos papelitos
echaran en corrida, alegando persecución, la mitad de nuestros políticos ya
estarían fuera del país.
En cambio, el ex senador Jorge Luis Lavalle –van por el mismo delito-, supo
morderse un “aquel” y está encerrado respondiendo a la acusación de la
sociedad.
A finales del gobierno anterior, el joven Anaya fue procesado pero no cayó
al bote porque le tuvieron miedo. Ahora no pudo asustar a la Fiscalía de la 4T.