Vergüenza de un cabildo: Ni a “calentar” asiento
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Le quedaron a deber a los victorenses, de cuyos
bolsillos salen los jugosos sueldos que cobran. Gracias a Dios ya se van.
A los regidores del desastre, trienio perdido para la capital, la historia los
comenzará a juzgar “en vida” como los omisos e irresponsables, que no
acudieron ni a “calentar asiento” o a “levantar el dedo”, pero sí cobraron bien.
Un cabildo que nació muerto, al que se le siguen pagando, depositando a
sus cuentas a regidores y síndicos, enviando vales de gasolina y otras
prestaciones como si trabajaran o la ciudad los necesitara.
La “beca” se les termina el último de septiembre. Algunos cobraron cinco
años, otros tres, que para interpretación de resultados da lo mismo: Nada
productivo.
Y los más listos, abusadillos desde chiquillos, seguirán cobrando otros tres
añitos como Carlos Cabrera Bermúdez, el otrora “independiente”, contratista
que supo meterle “aceite” a la fallida campaña azul, para ocupar el primer lugar
en la planilla.
Vergüenza debería de darles. La historia registrará no solo al peor alcalde,
sino al cabildo 2018-21 como la noche negra de este pueblo. Algunos no se
presentaron ni a cobrar porque, sus quincenas, se las mandan depositar.
Toman al cabildo como pachanga, vacilada o para “pasar el rato”.
Una evaluación nos dice que, en el presente año, jamás se ha reunido el
cabildo completo (debe haber sido en todo el trienio). Incluso ha faltado la
presidenta Pilar Gómez.
Con la complacencia de la misma autoridad, con solo un “aviso” de falta, no
se les descuentan ingresos, que no son pocos en relación a la chamba.
Se sabe que hay regidores (ras) que no viven en el municipio, ni en
Tamaulipas pero siguen gozando de la “beca”. Otros perciben ingresos por
plazas en dependencias públicas, lo que está prohibido si no se trata del sector
educativo.
Los argumentos para faltar son enfermedad o “causas de fuerza mayor”,
cuando el Código Municipal establece (artículo 33) que cuando se de una
ausencia de diez días, deben ser llamados los suplentes ¿en dónde están?.
Si alguien está realmente enfermo, deben cubrirse los asientos con base en
el propio Código y Reglamento Interior del Ayuntamiento, que a la letra dice: “El
miembro que no hubiere asistido a tres sesiones consecutivas
injustificadamente, será sancionado conforme la artículo 38 del Código
Municipal”.
¿Y qué dice? La causa más atinente para echarlos es: “La omisión reiterada
en el cumplimiento de sus funciones”, sin dejar de lado la “incapacidad física o
legal que limite cumplir debidamente con el ejercicio de las atribuciones de su
cargo”.
El entender es que, si alguien está realmente incapacitado, o enfermo
mental, deben ser llamados los suplentes (la verdad es que gozan de cabal
salud).
En lo que va del 2021, el cabildo capitalino ha realizado 23 sesiones a
razón de una cada quince días, con duración promedio de 20 a 25 minutos.
Si cada edil percibe un promedio de 70 mil lanas mensuales, la distracción
por quincena es de 35 mil del águila, sin despeinarse ni poner a trabajar la
materia gris, con sus contadas excepciones como sería el caso de Horacio
Reyna de la Garza, Luis Torre Aliyán, Gerardo Valdez y Daniel González.
Caso concreto el de este mismo martes, en que Torre presentó iniciativa
para adicionar el reglamento de Imagen Urbana, en cuanto al derecho de los
vecinos a disfrutar su ciudad, lo cual incluye la vista de parques y jardines.
El artículo 23 del Código habla de la revocación del cargo, pero el secretario
Saavedra Terán le hace al monje. No son tontos. Faltan a tres sesiones y
regresan a una, lo cual no deja de ser un fraude a la comunidad ¿no lo cree
usted?.
José Merced Benítez Rodríguez, del PRI, lleva 12 faltas en el presente año,
es decir, ha estado ausente en más de la mitad de las sesiones, y le siguen
pagando. María Ana Silva López, del PAN, registra once, y diez la tricolor
Laura Luz García Lumbreras.
Para que usted le calcule bien, querido lector, cada sesión representa 35
mil varos.
Medrar de esa forma también es corrupción, y se acentúa en quienes llevan
cinco años en la nómina como Karleny Perales Escalante, con ocho faltas, y
García Lumbreras, que están en reelección.
Los demás faltistas: Sonia Tamez González, María del Rosario Rodríguez,
Alan Martínez Cepeda, Frida Escobar Ortiz (síndica), Clara Rosaura Quijano,
Eusebio Arellano Rodríguez, Lucila Carreón Avalos, Luis Torre Aliyán (síndico),
Carlos Cabrera Bermúdez, Verónica García Barrón, Marisela Guajardo
Maldonado, Daniel González Tirado, Fabián Cervantes (fallecido), Itzcalli
Anzures Silva, Horacio Reyna de la Garza y Gerardo Valdez Tovar.
La presidenta Gómez Leal faltó a las sesiones del 20 de abril y 14 de julio,
en tanto el nueve de febrero llegó tarde, tanto que el emecista González Tirado
le reclamó en público.
A la sesión del uno de julio inasistieron nueve integrantes. Estuvieron a
punto de suspender los trabajos por falta de quórum.
Sin duda una vergüenza la actuación de este cabildo en la capital, ante un
secretario Saavedra Terán al que le vale wilson ni están o no. Ni los presiona ni
les descuenta quincenas.
Gracias a Dios ya se van, y que el Señor los perdone.