Las definiciones de las candidaturas a las alcaldías y diputaciones locales, dentro del partido Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, tocan a la puerta.
Se entiende que en materia de diputaciones federales las decisiones están tomadas y solo es cosa de horas para que se hagan públicas.
La selección fina de las nominaciones, pasa por una serie de vectores que parten de la medición de las popularidades de los aspirantes, pasando por sus capacidades, proyecciones, lealtades, identidades, compromisos y cosas por el estilo.
En ese amplio abanico de incidencias, aspirantes y/o simpatizantes andan dejando ver de qué están hechos.
Para nadie pasó desapercibida la movilización de más de 2 mil 500 tampiqueños, que marcharon por la vía pública el pasado fin de semana, expresando su aspiración de que URSULA PATRICIA SALAZAR MOJICA, enarbole la bandera guinda en la elección municipal del puerto.
Ese punto de encuentro, es catalogado como el desenlace de una historia que no se empezó a escribir en las vísperas.
La diputada presidenta del Congreso Local, viene de una carrera de largo aliento, que nació en los mayores, cuando su madre hacía labor social y activismo político, haciéndose acompañar por ella.
Tener impreso en su credencial de militante el número uno, en el padrón estatal morenista, se ubica en la travesía dentro del partido al lado de su fundador y líder moral, el Presidente de la República ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, en cuyas campañas ha recorrido repetidamente su municipio y el Estado mismo.
Los servicios de URSULA a la causa, igual han transitado la recuperación del liderazgo camaral para su partido, remontando, contra todo pronóstico, el asedio del pancabecismo, cobijado en complicidades jurisdiccionales al más alto nivel.
El sostenimiento y consolidación de la bancada en la Cámara local, que igual anduvo por caminos aciagos, es considerado otro mérito en la legisladora tampiqueña, que en su tiempo se vio cuesta arriba, punto menos que imposible de lograr.
De esos retos extraordinarios, hasta unos meses se consideraba que el municipio de Tampico era el último bastión el PAN, donde estaba vedado el arribo de otro partido o proyecto político.
No obstante, la congruencia y carrera de largo aliento de URSULA, terminó por imponerse; en todas las mediciones, contra cada uno de quienes han sido considerados aspirantes del PAN, ella ha salido arriba con una muy respetable ventaja.
Por eso, el desdoblamiento popular del pasado fin de semana es considerado, por propios y extraños, como una confirmación de que también Tampico en la elección de junio será para Morena.
Ella, con la serenidad y congruencia, con la lealtad y el respeto que le han sido característicos, espera paciente en la inspiración del Presidente AMLO y en el liderazgo político que ejerce en el estado a plenitud el Gobernador AMÉRICO VILLAREAL ANAyA.
“Estoy lista para servir a Tampico y a Tamaulipas, donde se requiera”, dijo al principio, en medio, i en este virtual desenlace, repite la legisladora con la entereza de siempre.
En Reynosa, el Gobernador, y la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, ROSA ICELA RODRÍGUEZ, en torno de la Feria de la Paz, repasaron cómo Tamaulipas ha ido reduciendo los índices de violencia, en una política de esfuerzos compartidos , apuntalano, desde del desarrollo económico, el acceso a mayores estadios de bienestar para su pueblo.
Baja la anfitrionia del alcalde Carlos Peña Ortiz, allá se abundó sobre los distintos programas que abonan a ese estado de bienestar y desarrollo armónico, en el que un rol preponderante juega los promotores de la Paz, ciudadanos que trabajan en la armonización de la convivencia social.
No fue fortuito que el escenario de estos eventos fuera el área de las Jarchinas, populoso sector, donde se han dado variadas expresiones de conductas antisociales y hoy están en el foco de los tres ordenes de gobierno, actuando en un solo frente para consolidar La Paz anhelada.
De la oposición, se puede esperar, como quiera seguirá la apología del delito, como nefasto recurso electorero.
La sangre amenaza con llegar al rio, de las lenguas que se siguen mordiendo.