El sur de Tamaulipas conformado por los municipios de Tampico, Altamira y Madero, se ha destacado históricamente como una zona portuaria-petrolera donde el desarrollo, político e industrial de la región ha contribuido a la economía nacional, en el que los medios de comunicación han sido parte relevante. En este sentido McLuhan (1969) aporta que todas las tecnologías son herramientas que funcionan como extensiones del cuerpo humano y del sistema nervioso, bajo este concepto los periódicos son una extensión del pensamiento plasmándolo en papel. Con las telecomunicaciones iniciadas por el telégrafo a mediados del siglo XIX fueron mensajes enviados por medio de impulsos eléctricos viajando por cientos o miles de kilómetros comunicando continentes donde la tecnología del teléfono fue la extensión de la voz y el oído en tiempo real.
Historia de los medios de comunicación del sur de Tamaulipas 1823-2021 es el título del ensayo realizado por el investigador de la Facultad De Derecho y Ciencias Sociales de Tampico dependiente de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, José Francisco Ramos Alcocer, quien expuso que, con la aparición de las telecomunicaciones inalámbricas apareció un nuevo medio de comunicación, la radio comercial que evolucionó hacia la televisión y con el avance tecnológico fue solo cuestión de tiempo para que aparecieran los transistores que desplazaron a las válvulas al vacío o bulbos, evolucionando la electrónica a los circuitos integrados, que dio paso a las computadoras en conjunto con la miniaturización de componentes al nuevo medio de comunicación de la Era digital, el Internet con todas sus plataformas, donde actualmente convergen todos los medios de comunicación en la llamada multimedia.
En esta nueva realidad las telecomunicaciones y acceso a la tecnología han permitido que cualquier persona con acceso a un teléfono celular, Internet y habilidades digitales se convierta en un medio de comunicación en potencia lo que ha dado paso a los llamados influencers o youtubers. De acuerdo con Devesa (2021) indicó que actualmente el que trabaja en un medio de comunicación y no utiliza un teléfono celular está obsoleto. Cabe aclarar, que cualquier medio de comunicación que no sea del Estado, se mantiene económicamente por la venta de tiempo aire dentro de la programación, como en el caso de la radio y televisión. En el caso de los periódicos es la venta de espacios dentro de la publicación además de la venta del periódico impreso, con esto pagan la nómina del personal, así como los gastos propios de la empresa, lo que incluye la compra y mantenimiento de la tecnología para el trabajo diario.
Ahora bien, de acuerdo con Covián (1995) la primera imprenta que llegó a Tamaulipas fue en 1816 traída desde Inglaterra en barco por el militar navarro Francisco Xavier Mina. Esta maquinaria prototipo de la tecnología de impresión de la época se encuentra actualmente en el Museo del Obispado en Monterrey. De acuerdo con Argudin (1987) el periódico o prensa escrita es uno de los elementos imprescindibles en la sociedad, los servicios informativos fueron relevantes en la difusión de ideas. De esta forma el primer periódico que se localizó en el sur de Tamaulipas de acuerdo con González (1981) fue El Filántropo de Tampico de 1825, al que le sigue un listado de tabloides que marcaron historia en la región, cuya tecnología no sufrió grandes cambios hasta entrado el siglo XX, cuando aparecieron periódicos como: El Mundo de Vicente Villasana, El Sol de Tampico de 1950 de la Cadena García Valseca que fue el primero en imprimir en Offset-color su ejemplar diario; El Heraldo de Tampico de 1976 del argentino Mauricio Bercún, propietario en su momento de El Mundo; el Diario de Tampico de la Cadena Multimedios Estrellas de Oro de 1990, actualmente Milenio Diario.
A FINALES DEL XIX, en el porfiriato, el telégrafo fue la herramienta eléctrica a base de pilas secas necesaria para comunicar a los puertos más importantes del país, en donde Tampico era uno de ellos, para lo cual se utilizaba el telégrafo público o del Estado, que se conoció como Telégrafos Nacionales y el otro servicio privado que era el utilizado por el ferrocarril con amplia cobertura. Posteriormente se instaló la tecnología del “cable” o sistema de comunicación para interconectar continentes vía alámbrica que también se utilizó para el teléfono ampliando la cobertura. La relevancia de incluir el telégrafo y teléfono en este análisis ha sido por su trascendencia como medios de comunicación del siglo XIX como tecnología análoga y su evolución a lo digital, ya que el antiguo “cable” de cobre que comunicaba continentes es el antecedente de la actual fibra óptica que se utiliza para contar con una red global de Internet y telecomunicaciones.
En otras palabras el antiguo cable de cobre que comunicaba a los continentes resurge al ser sustituido por la nueva fibra óptica, ya que a pesar de contar con satélites esta conexión física es mejor para el envió de información, donde actualmente los gigabits y terabits por segundo son la unidad de medida que recuerdan el origen de la teoría de la comunicación de Shannon y Weaver (1964) manteniéndose vigente donde la velocidad de transferencia de datos son base de los servicios de Internet y telefonía móvil. Cabe destacar, que durante el gobierno de Porfirio Díaz, el Estado implementó la telegrafía o radiotelegrafía para las Fuerzas Armadas y el servicio de telégrafos nacionales. Este avance tecnológico fue interrumpido momentáneamente por el levantamiento armado conocido como la Revolución Mexicana. A la par, el avance tecnológico en el área de electricidad y la naciente electrónica producto de la Primera Guerra Mundial, impulsó al término de ésta, la aparición de los radios experimentadores que fueron los primeros en implementar el uso de la radio para cuestiones civiles, idea que evolucionó a la radio comercial como nuevo medio de comunicación masiva.
Ahora bien, a principios de siglo XX la industria de la radio en el sur de Tamaulipas, desde un punto de vista tecnológico, se desarrolló a la par de lo que se ocurría en otras partes del mundo, debido a la importancia económica que adquirió el puerto de Tampico por la entrada y salida de mercancías del extranjero, así como de su conexión vía férrea con las ciudades de Monterrey y San Luis Potosí; además del descubrimiento de petróleo en la región, catapultó la zona como la capital petrolera del país y segundo productor a nivel internacional. Por lo anterior, a esta etapa se le conoció como el Auge petrolero de Tampico, lo que atrajo la atención de empresarios nacionales y extranjeros, además personas en busca de un trabajo, aumentando en pocos años la población de 10,000 a 150,000 habitantes. Es en este ambiente de bonanza económica, en que la radio experimental aparece en la historia del puerto.
Al mismo tiempo que en el mundo, como todo nuevo invento revolucionó la forma de comunicar a base de prueba y error, ya que no existían antecedentes sobre el uso de esta novedosa tecnología. Hay que recordar que primeramente la radio fue utilizada como medio de propaganda por las fuerzas Alemanas durante la Primera Guerra Mundial, lo que fue analizado inicialmente por su impacto en las masas por los estudiosos de la comunicación. Al respecto, Laswell (1927) señaló que el resultado de este primer análisis fue la aparición de la analogía del mensaje en las masas como una Aguja hipodérmica. Como antecedente de la radio en el estado de Tamaulipas de acuerdo con Fuentes (1987), indicó que se instaló el 29 de diciembre de 1922 una estación radiotelefónica como se le decía entonces, en el Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria en la cual se captaron señales provenientes de la ciudad de México, Nueva York y Pennsylvania. Fue la primera radiodifusora en el estado de Tamaulipas.
EN EL SUR DE TAMAULIPAS el mes de abril de 1923 fue relevante debido al festejo del Centenario de la fundación de Tampico, cuando comenzó a transmitir la primera radiodifusora en la región sin fines de lucro, con el único propósito de propagar la cultura y a su patrocinador, pero desafortunadamente carecía de lo que actualmente se conoce como un modelo de negocio, por lo cual desapareció en pocos meses. Esta radiodifusora fue fundada por Cipriano Sagahón proveniente de una familia de exitosos empresarios cuyos negocios se desarrollaron en la época del Auge petrolero en la región. En este sentido la tecnología predominante en la región eran los fonógrafos, que eran totalmente mecánicos, los cuales no eran económicos, pero gozaban de gran popularidad entre las familias que podían adquirirlos, las tiendas que distribuían estos aparatos también ofrecían un catálogo de discos de música variada desde clásica hasta regional fabricados en los Estados Unidos. De acuerdo con El Mundo (1926) una empresa que se dedicaba a este ramo era del señor Wendell Cox que llegó al puerto en el Auge petrolero como distribuidor de la marca Víctor que después se transformó en RCA-Víctor. Así mismo el tampiqueño Emilio Azcárraga Vidaurreta, futuro fundador de la XEW, también por esa época era distribuidor de la misma marca.
El señor Cox fundó la primera estación de radio comercial en el sur de Tamaulipas que, de acuerdo a las nuevas normativas implementadas por el Estado, se le asignó el llamado XES. En este sentido de acuerdo con Aceves (1987 y 1989) indico que la idea de una radiodifusora para el empresario no era nueva, ya que unos años antes fundó una estación experimental en Guadalajara Jalisco, para promover sus productos por lo que en esa ciudad se le considera como uno de los fundadores de la radio experimental. Así mismo, Emilio Azcárraga fundó la XET en junio en Monterrey, un mes después Wendell Cox en Tampico con la XES el 14 de julio de 1930 y Azcárraga una segunda radiodifusora en la ciudad de México, conocida como la XEW, el 16 de septiembre de 1930. En otras palabras la XES se adelantó tres meses a la XEW. Posteriormente de acuerdo con SCOP (1932a y 1932b) a la XES se le asignó una nueva concesión y aparece la XEFW. De acuerdo con Flores (2009) la XEFW era una sociedad entre Expedito Martínez y Víctor Flores Meza.
Así mismo, en los primeros años de la radio comercial en el sur de Tamaulipas se presentaron los mismos problemas que en la capital del país, pero a menor escala, que al principio fueron la falta de receptores por parte del público, patrocinadores o comercios que compraran tiempo aire, que es la fuente de ingreso para las estaciones de radio, así como la competencia con otras empresas de su mismo ramo y los periódicos en un afán de conseguir anunciantes. Pero además, por la cercanía de la ciudad de Tampico al Golfo de México la afectan los huracanes de acuerdo con Ramos (2020) indicó que en temporada de huracanes existe una posibilidad del impacto de un huracán como sucedió en septiembre de 1933 en que afectaron dos ciclones. De esta forma los vientos derribaron la antena de la radiodifusora XEMA que no contaba con el año de operación para nunca volver a funcionar.
De acuerdo con mmradio (2019) Jesús Dionisio González fue propietario de la XEMA, pero debido a los daños sufridos por el ciclón de 1933 se fue a buscar otros proyectos a Monterrey, regresando al puerto en la década de los 90 pero ahora como propietario de Multimedios para instalar no solo una radiodifusora, también un periódico y un canal de televisión. De esta forma, un patrón se repetía en todas las radiodifusoras; ante la falta de ingresos fue natural la fusión, así como el cambio de propietarios. De acuerdo con De la Rosa (2005) a la XETU Radio Tampico fundada en 1941, se le presentaron problemas económicos, por lo que se recurrió a la venta de acciones ofreciéndoselas a Emilio Azcárraga Vidaurreta propietario de la XEW, quien adquirió el 51% de las acciones con una empresa de reciente creación, pero que ya era un éxito en el mercado que tenía en sociedad con otro visionario que surgió de la XES de Tampico de nombre Clemente Serna Martínez, la empresa se llamó Radio Programas de México RPM, dentro del grupo de nuevos accionistas surgió el primer concesionario en México de la Coca Cola, Herman Harris Fleishman, así empezó Radio Grupo del Golfo.
CLEMENTE SERNA Martínez, fue el gerente de la XES de Tampico en 1937, a él se le ocurrió una idea que en su momento no fue apreciada, ni entendida por los empresarios de la radio en el sur de Tamaulipas, pero que fue escuchada por el visionario Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien buscaba nuevos negocios y formas de llegar a más público para poder vender más tiempo aire. La idea ahora suena sencilla pero en su momento no lo parecía tanto, para lo cual hay que ubicarse en 1939, cuando la radio era todo en vivo, por lo tanto se consideraba de mayor gusto la intervención personal de los artistas ya que las tecnología de grabación utilizadas en México no eran las mejores, ni las más actualizadas. La idea de Clemente Serna consistía en grabar en discos de vinil los programas que se realizaban en vivo junto con los comerciales para distribuirlos en las estaciones de radio donde no llegaba la señal radiofónica, de esta forma el programa llegaba integro junto con la publicidad, sin distorsiones de ningún tipo.
Al escuchar esta idea Emilio Azcárraga Vidaurreta invitó de inmediato a Serna Martínez a que fuera su socio en esta nueva empresa, así fundaron en enero de 1941 Radio Programas de México RPM, instalando su primera oficina a unos pasos de la XEW en la ciudad de México. Además de grabar los programas en la “Voz de México” había que ir personalmente a cada una de las radiodifusoras a vender el producto y convencer a sus propietarios de integrarse esta “cadena” de radiodifusoras. En este aspecto, al principio Serna Martínez adquirió un fonógrafo para viajar y mostrar el producto. Cabe decir que fue un éxito, en poco tiempo la idea fue asimilada, ya que con este novedoso producto solucionaban los problemas de las pequeñas radiodifusoras que no contaban con recursos para la producción en vivo, así como de comerciales. Cabe destacar que la ponencia de Ramos Alcocer se presentó en el reciente encuentro auspiciado por la Secretaría de Investigación y Posgrado de la UAT en esta capital.
De acuerdo con Ortiz (1992), cuando México entró a la Segunda Guerra Mundial el Departamento de la Defensa de los Estados Unidos utilizó la infraestructura de RPM para llevar su mensaje pro-norteamericano. Debido a esta situación se impulsó el uso de nuevas tecnologías de grabación que se importaron exprofeso con lo que RPM aumentó la calidad de sus productos. Al final de la Guerra RPM estaba cubriendo gran parte del territorio nacional y al finalizar la década contaba con cobertura en gran parte de Latinoamérica, cuando irrumpió otro nuevo medio de comunicación, la televisión, a la que los radiodifusores se consideraban los herederos legítimos, donde el señor Emilio Azcárraga contaba con la capacidad para hacerse cargo y tomar el liderazgo. Al respecto, cada nuevo medio de comunicación como una constante desató críticas, y utopías en beneficio a la población, y también que la nueva tecnología desplazaría a los medios anteriores, en este sentido la televisión no fue la excepción.
Cabe mencionar que otro momento relevante para la región fue el desastre causado por los ciclones Gladis, Hilda y Janet de septiembre y octubre de 1955 que también afectaron a los periódicos y radiodifusoras. El Mundo quedó bajo las aguas, de acuerdo con Ramos (2020), publicó que el nivel del río Pánuco frente a la aduana de Tampico subió 4.72 metros, en este sentido Ribera (2020) afirmó que El Mundo no dejó de circular, ya que solucionaron el problema mandándolo a imprimir a El Heraldo de San Luis Potosí que era del mismo propietario, y así trasladarlo al puerto en lanchas para su venta. A lo que De la Rosa (2005), agregó que las antenas de las radiodifusoras fueron dañadas pero en esta ocasión estaban aseguradas, por lo que solo dejaron de transmitir por unos días en lo que se restableció el suministro eléctrico ya que los ingenieros se las ingeniaron para colocar una antena a base de alambres en lo que se reponían las afectadas.
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