-Horizonte muy sombrío para la oposición rumbo al 2024

-Elección de 2023 sería el último clavo en el ataúd tricolor

-La ola guinda avanza a pasos agigantados en el territorio nacional

PUES sí, bastaron tres procesos electorales entre 2018 y 2022 para que el Movimiento de Regeneración Nacional prácticamente asegure la continuidad del proyecto de Nación del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en la elección presidencial que se llevará a cabo en 2024.

La ola guinda está en condiciones de reforzar su supremacía electoral el próximo año, cuando se realicen los procesos de renovación de gubernaturas en Coahuila y el estado de México. La joya de la corona sería recuperar el control político perdido-en 2021-en la Ciudad de México.

Salvo impugnaciones ante los tribunales que modifiquen el resultado avalado por el Instituto Nacional Electoral (INE), Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Tamaulipas se suman a las 17 entidades gobernadas por Morena, más San Luis Potosí que gobierna el PVEM, aliado del partido en el Poder nacional.

A un año de distancia, los astros parecen estar alineados para que Morena obtenga la victoria electoral en la norteña entidad federativa y el estado que ocupa el segundo lugar en potencial electorero, luego de CDMX. De ser así, los partidos opositores al gobierno de la Cuarta Transformación prácticamente poco o nada podrán hacer para detener el avance de la marca política del momento: AMLO-Morena.

Hasta el momento, la oposición a la 4T puede presumir que lograron desactivar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y, además, haber dividido el activo político en la Ciudad de México al imponerse en 9 de las 16 alcaldías en el ex Distrito Federal en las elecciones del año pasado.

El cambio de color político en la geografía de la república mexicana podría dar pauta a vislumbrar un horizonte prometedor, los mismo en el Ejecutivo federal que en ambas Cámaras del Congreso de la Unión.

Cierto, muy cierto, no hay que adelantar los tiempos y, obviamente, se trata de una mera fotografía del momento que vive en país en el ámbito de las fuerzas partidistas.

Pero, juzgue usted:

Además de Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Tamaulipas que gobernará Morena a partir del primero de octubre, habría que sumar a Zacatecas, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa, Michoacán, Nayarit, Guerrero, Campeche, Colima y las dos Californias. San Luis Potosí tiene un gobierno emanado del Partido Verde Ecologista de México, por lo que también es considerado bajo la férula de la Cuarta Transformación, por aquello de la alianza partidista.

Los tiempos se acortan y tras los pésimos resultados electorales obtenidos el pasado 5 de junio por la segunda y tercera fuerzas políticas (PAN-PRI) en México, no resulta aventurado ni temerario afirmar que, efectivamente, sí habrá “tiro” en 2024…..pero de salva.

Tampoco es faltar a la objetividad señalar que el proceso eleccionario de 2023 podría ser fatal y convertirse en el último clavo del ataúd del Partido Revolucionario Institucional. Actualmente, solo Coahuila y el estado de México son las únicas entidades federativas identificadas por el sello meramente tricolor, tomando en cuenta que el reciente triunfo del candidato priísta en Durango fue en alianza con el PAN, por lo que existe una justa división de honores; situación muy similar en Aguascalientes donde el PAN hubo de compartir la diana con el PRI.

Con RICARDO ANAYA en el autoexilio y el descarrilamiento del proyecto político del gobernador de Tamaulipas FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, la expresión de “hay tiro” para el 2024 del dirigente nacional albiazul, MARKO CORTÉS, se antoja como una mera hablada con ganas de inyectar ánimo entre sus huestes, luego de la paliza morenista durante la pasada jornada comicial dominical.

Es puntual señalar que en el actual firmamento político en el país nada tienen que ver chairos o fifis, AMLOvers o anti AMLO o bien conservadores o neoliberales: simple y sencillamente “haiga sido como haiga sido” tal es el panorama político a lo largo y ancho de la república mexicana.

DESDE EL BALCÓN:

I.-A casi dos semanas del proceso electoral, el gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA ha brillado por su ausencia en actos relacionados con su investidura, en franco contraste a la actividad desplegada durante los 60 días de las campañas de proselitismo.

De igual manera, el secretario General de Gobierno GERARDO PEÑA FLORES prácticamente permanece enclaustrado sin atender su responsabilidad oficial asociada con la política interna del gobierno de los vientos del cambio.

Cierto es que el resultado de la votación no reunió la expectativa esperada, pero así sucede en la democracia……se gana y se pierde.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx