CUADRANTE POLITICO———POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO——-
——- EL AYUNTAMIENTO DE VICTORIA Y SU REALEZA SINDICAL———–
Actualmente el sindicato municipal de Victoria, es la envidia de poderosos sindicatos como el de Telmex o el de los Petroleros. Ni siquiera el magisterio organizado es objeto de semejantes prerrogativas que desbordan los ordenamientos de las leyes en la materia. Ninguno de estos mantiene un tren de sueldos principescos ni tampoco recibe 93 días de aguinaldo.
Ni al legendario sindicato de electricistas se les entregan como cuota cincuenta terrenos al año. Tampoco el resto de la planta productiva nacional, recibe primas vacacionales del 41 por ciento.
En materia de aguinaldos el gremio municipal, recibe del ayuntamiento 47 millones 900 mil pesos, cuando por ley el monto debería de ser de 7 millones 700 mil pesos, como corresponde por ley, ante todos los trabajadores del país, que tienen derecho a sus quince días de salario.
Como bien se puede observar, es bastante obvia la brecha existente entre el resto de los trabajadores, simples mortales, y las desmesuradas mieles que se les dispensan a los de un sindicato que tiene al borde de la quiebra a la Presidencia municipal de ciudad Victoria.
Se denominan oficialmente Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio de Victoria, pero debería decir Sindicato que devora las finanzas municipales porque constituyen una elite con salarios abusivos y desproporcionados que están consumiendo el 75 por ciento del presupuesto.
El poderío de este “Frankenstein” gremial cobró mayor fuerza, cuando la administración saliente decidió heredarle al cabildo Morenista de Eduardo Gattas un conflicto mayor, concediéndole al sindicato un contrato colectivo pletórico de prebendas y privilegios, en el entendido de que los azules ya no iban a enfrentar sus consecuencias legales, con salarios que sobrepasan los 40 mil pesos, que no los gana ni siquiera un jefe de Departamento.
Pero además, de acuerdo a este mismo embalaje legal definido por el signo de la arbitrariedad, y como veremos líneas más adelante, hasta revestido de cinismo y afán parasitario, el municipio está obligado a festejarles con fuertes erogaciones de dinero público, los días del albañil, del electricista, de la Secretaria, del Pintor, del jardinero, del plomero y una larga lista de etcéteras. Pero el colmo es que cuando el sindicato cumple años, el cabildo tiene que regalarles medio millón de pesos para que armen su fiestón a todo lujo.
Actualmente el sindicato condiciona a ayuntamiento para que les pague tres permisos económicos de tres días al mes, con goce de sueldo. Pero en caso de que nadie del sindicato los use, entonces se le exige a la Presidencia municipal para que se los pague en efectivo. Si a esto no se le llama chifladuras y grotescos atropellos al sentido común de lo que debe ser una sana relación laboral, no encontramos como calificarlo.
El municipio de Victoria tiene que entregar a su sindicato una cantidad de tres millones, 289 mil 578 pesos por concepto de gastos de transporte, y dejarlos que ellos los apliquen a criterio propio.
Aunados a los sueldos excepcionales que reciben los sindicalizados, sus hijos reciben becas cuyo monto total asciende a 8 millones 579 mil 258 pesos.
El monto acumulado por primas vacacionales, solamente al personal sindicalizado, es por cinco millones 199 mil 189 pesos. Este mismo sindicato percibe del ayuntamiento, la fuerte suma de 67 millones, 297 mil 150 pesos, por concepto de pago a jubilados y pensionados.
Pero aparte de eso, los trabajadores sindicalizados del municipio de Victoria, reciben nueve millones 91 mil 565 pesos por concepto de servicios médicos, medicinas y gastos hospitalarios.
Otro de los apapachos que exigen los angelitos del sindicalismo victorense, es que se les regale las licencias de manejo, las cuales no les cuestan nada, como una casta de iluminados laborales, a diferencia del resto de la población que tiene que desembolsar puntualmente para pagar dichos documentos.
Todo este tren de gastos a todas luces excesivos por parte de los sindicalizados, ha motivado que el ayuntamiento de Victoria presente una controversia ante las autoridades laborales correspondientes, señalando que al paso que van, llegará un momento en que se producirá una parálisis económica, pues todo se lo llevarán los del sindicato.
Toda esta sangría financiera que padece la Presidencia municipal de Victoria, por la vía de los abusos sindicales, podría y debería de servir para atender problemas de salud, de educación, de vivienda o de infraestructura urbana, en beneficio de los estratos sociales más necesitados.