Ornelas y Maldonado, cochinero del poder judicial en Tlaxcala
El tráfico de influencias, nepotismo, corrupción y tolerancia total al acoso sexual, son lo que define las presencias de Héctor Maldonado Bonilla y Maricruz Cortés Ornelas en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tlaxcala. En ciernes se encuentra la designación del próximo Magistrado Presidente del poder judicial tlaxcalteca, en el que impera la aplicación de la Ley a modo operada desde la sala Civil – Familiar a través de 2 jueces a disposición de la Magistrada Maricruz Ornelas, de quien se sabe también, practica el nepotismo de forma cínica al haber hecho que su cónyuge (Santiago Pérez Petricioli) ostente un cargo en el que no cumple los requisitos mínimos y hasta su sobrina (Sheyla Yiribeth Cortés Ceceña) se encuentre sindicalizada, desde antes del lanzamiento de la convocatoria respectiva, para ser preciso desde marzo de 2020.
Y qué tal si a lo anterior, le sumamos a su hijastro Santiago Pérez Vázquez, quien cobra desde julio del año pasado en el mismo poder judicial.
Y es que la complicidad entre Ornelas y Héctor Maldonado Bonilla, actual presidente del TSJE, es un asunto más de distribución de los recursos para fines personales y políticos, que para la administración pública o más aún, de la administración de la justicia, que para ellos, es un asunto meramente económico.
Los trabajadores del Poder Judicial ya están hartos de quienes deberían conducirse con honorabilidad, honradez y probidad como cabezas de quienes son los responsables de impartir justicia en la entidad, tal es el caso también del titular de la Contraloría Interna, Emilio Treviño Andrade, quien llegó recomendado por la ex Magistrada, Elsa Cordero Martínez. Treviño Andrade, tiene en su contra denuncias por acoso sexual y hasta en la CEDH, según fuentes al interior del TSJE, que se han negado a ejercitar acción alguna, debido a que la prepotencia del servidor público ha llegado hasta amenazar a magistrados y jueces en funciones, ello, por supuesto, con la complacencia de Maldonado Bonilla.
Ya en anteriores entregas, hablamos de los negocios de proveeduría que hay en el Poder Judicial que es lo que deja grandes dividendos al Magistrado presidente, quien permite que su pareja sentimental, Georgette Alejandra Pointelin González, sea la que decida en muchas ocasiones la remoción, designación y/o contratación de personal, incluidas las 70 nuevas plazas creadas en el reciente regreso de Maldonado Bonilla a la presidencia del poder judicial, apenas el último trimestre del año pasado.
Pero además de lo anterior, en flyer electrónico que nos hicieron llegar a esta redacción empleados del propio Tribunal Superior de Justicia, nos informan que “en sus ventajosos acuerdos favorece a otras personas, como a la recién nombrada secretaria técnica de la presidencia, Karina Isabel Nava Maldonado, ¿hija de quien creen?, nada menos que de la fiscalizadora implacable Isabel Maldonado Textle, Auditora Superior del Órgano de Fiscalización del estado”.
Evidentemente lo anterior, facilita la aprobación en automático de las cuentas públicas de Maldonado Bonilla, quien nunca aclaró en dónde quedaron los recursos de las más de 20 observaciones que tenía pendientes en su anterior actuar como Magistrado presidente del TSJE.
Otro ejemplo claro del nepotismo al interior del Poder Judicial, es el nombramiento como proyectista en la presidencia del TSJE de Yalina Domínguez Carro, hija de la procuradora general de justicia de Tlaxcala, Ernestina Carro Roldán.