MELITON GUEVARA CASTILLO.-
Hay momentos en que, de plano, debemos preguntarnos en qué mundo vivimos. Resulta que el Estado, tal y como lo conocemos hoy en día, nació un día como una forma de organizar a la sociedad; fue una evolución que tardo, años y hasta siglos, hasta llegar al Estado de Derecho: antes fue el comunal, luego el esclavista, el feudal, hasta llegar al actual, que se califica como el de las reglas de convivencia.
Bien que lo sabemos, las reglas de convivencia son distintas, según el tiempo, la ubicación, pero son, quiérase o no, reglas para todos. Así, por ejemplo, hay reglas morales, que cambian según el país o la región; hay reglas jurídicas, que varían según el desarrollo del país o la sociedad en que se viva. En fin, reglas en todas partes, hasta en el Club Recreativo a donde van determinadas familias los fines de semana.
LAS REGLAS DE LA DEMOCRACIA.
Así, en esta coyuntura, es preciso hacer notar que la democracia tiene también sus reglas o valores. Por ejemplo, eso del piso parejo, es decir, la igualdad para todos los competidores; la justicia como la objetividad, es un conjunto de normas que, al menos en el ámbito de jurisdicción de la ley, se tiene que cumplir o respetar. Hay una ley nacional y otra local, con sus respectivos órganos sancionadores.
La cuestión es que, parece mentira, pero quienes buscan gobernarnos, los líderes políticos, los candidatos a los distintos puestos de elección popular, entre otros, son los primeros en violarlos. Y eso, que los partidos políticos y quienes protagonizan las acciones en un proceso electoral tiene la tarea, la responsabilidad, de apuntalar a la democracia, en otras palabras, que cumplir con la ley. Y, lo más lamentable, es que la propia autoridad, en más de las veces, se hace de la vista gorda.
VIOLAR LA NORMA.
El primer reclamo que buena parte de los políticos hacen es el de piso parejo. Y es, vaya pues, la violación sistemática al principio de igualdad. Por algo, por ejemplo, Ricardo Monreal ha reclamado el piso parejo, precisamente porque AMLO lo convirtió en disparejo al momento de hacer una lista a cuyos, integrantes, les llamo corcholatas, porque el las destapaba. Y es que, a Ricardo, de manera sistemática lo ha soslayado.
Y en el caso de Tamaulipas, en vísperas de un proceso electoral (2022) el piso está muy disparejo en todos los casos: sobre todo en el PAN y en MORENA. En el primer caso, resulta hasta grosero como se ha estado promocionando Cesar Verástegui, con actos prácticamente multitudinarios; en tanto que otros, como Jesús Nader, lo hace de una manera discreta y buscando, eso sí, oportunidades para hacerse notar a lo largo y ancho de la entidad.
POSICIONAMIENTO Y PUBLICIDAD.
Una y otra vez, en el caso de MORENA, varios de los actores han dicho que tienen aspiraciones para ser candidato a la gubernatura: y, en los hechos, unos y otros van de un lugar a otro disfrazando sus intenciones; e, incluso, van mucho más allá: en las redes sociales, sobre todo en el Facebook, es obvio, cuando la etiqueta de “publicidad” se repite en uno u otro protagonista. Unos lo hacen directamente, en tanto que otros, quizá con más recursos económicos, han contratado hasta agencia publicitaria.
Todos sabemos que son, digamos aspirantes… los precandidatos oficiales de cada partido serán hasta enero. Tan lo sabemos que, en la capital tamaulipeca, existe FORTAM A.C., que, en la presentación de sus invitados, explican: que un grupo de amigos un día se preguntaron, que podemos hacer por Tamaulipas, así que desarrollan una especie de pasarela, donde los que “aspiran” se presentan, se hacen publicidad, se visibilizan ante un grupo selecto y hasta se hacen publicidad.
ACTOS ANTICIPADOS DE CAMPAÑA.
La ley electoral marca un periodo como “precampañas”, que es la etapa en la cual cada partido político tiene que definir su candidato. Y en esa etapa, por ejemplo, cada precandidato tiene que llevar un registro, un control, de sus gastos de campaña