Rancho Nuevo, Tam.- Aquí, al pie de árboles frondosos, con café de olla con aroma a canela y gorditas de diferentes guisos en la mesa, Héctor Garza González se siente como en familia, está rodeado de gente del campo, de amigos que lo saludan, se toman fotos y reconocen su trayectoria para fortalecer la esperanza de un cambio en esta región.
Como parte de sus actividades de cada fin de semana Héctor Garza ha llegado el domingo a temprana hora a ‘Los Tres Sabinos’, este agradable restaurante propiedad de Paulo de León Mata, lo acompaña Doña Cuquita la mujer que ahora cumple su palabra de invitar a almorzar al político reynosense luego de aquel evento de hace varias semanas en Estación Caballeros.
Y el encuentro más que un acto político es un diálogo franco, abierto, una plática sin discursos ni poses de ‘fifís’, aquí abundan los anécdotas y relatos campiranos, los recuerdos y las historias de como se fueron forjando las comunidades rurales de esta comarca en el campo victorense.
La charla ronda sobre el problema del agua, del abandono de las autoridades y de como se han dado cuenta que luego de la iniciativa que tomó Héctor Garza el panorama les ha cambiado y que quieren estar a su lado en el camino del todo nuevo en Tamaulipas.
En la mesa acompañan a Héctor Garza, comisariados ejidales como Roberto Lumbreras Ruiz, de Alto de Caballeros; Matías de Rosa Rivera del ejido Alianza de Caballeros; Eleno García Macías de Congregación de Caballeros; Leandro Estrada Medina de Rancho Nuevo; César Moreno Silguero de Santa Anna.
También se han dado cita y quieren que les mencione que han estado al lado de Héctor Garza ejidatarios como María del Refugio Esquivel Sánchez, Antonio García, Andrés estrada Pérez, Regino Vanoye, Pablo de León Vázquez, José Silguero Esquivel y doña Tomasa Ortiz Fuentes.
Y doña Cuquita con su inseparable andador luce contenta, sonríe e insiste en que no falte nada en la mesa, sabe que de ahora en adelante ha refrendado su amistad con un político que sí cumple su palabra y “no es como los otros”, le aseguran antes de levantarse de la mesa para seguir con la jornada.