Marco Antonio Vázquez Villanueva
Carta a mis Diputados y Alcalde…
En realidad, no me importa el color de tu camisa partidista, ni tu presunta ideología, quizá no comparta la forma como te has encumbrado en la política, pero, como dice la Nana Goya, esa ya es otra historia.
Lo de hoy es pensar en el futuro, en tu tarea como representante de los ciudadanos, lo cual, para alegría o desgracia tuya, si me interesa y creo que interesará a millones de mexicanos, igual a tu familia, a los que tienes cerca, los que han puesto la esperanza de que aportarás un granito de arena para que este México no estalle, ni siga en la violencia, en el terrorismo que provoca la delincuencia que nos tiene asolados o el olvido de los gobiernos a los programas educativos, de salud.
Muy difícil tu tarea, bastante complicada si no te has formado con valores, si no puedes pensar en tu familia y electores antes que en el dinero y el poder.
Encontrarás muchos obstáculos en tu camino, conocerás de los moches (sabrás que son ciertos, sino es que ya lo sabes), de la forma tan sencilla como los poderes, formales y fácticos, orientan políticas de gobierno y hasta el voto de algunos legisladores para apoyar ciertas leyes con las que no comulgan o no las desean impulsar.
Si serás Diputado, federal o local, sabrás que muchos votos los motivan con viajes a paraísos terrenales, dinero y ofreciendo negocios que te quitarán de problemas económicos por mucho tiempo, por supuesto, tu partido te ofrecerá, a cambio de tus votos, que un familiar, amigo, novia o novio obtengan un puesto de trabajo de esos envidiables, tal vez becas en el extranjero que son en realidad vacaciones pagadas y muchas otras cosas parecidas.
Querido servidor público, ciertamente todo lo que te menciono te hará feliz, pero, porque existe un pero, te recuerdo que todo tiene un costo en esta vida, quizá puedas llegar a ser muy rico, sentirte poderoso e intocable por tres años, o tal vez seis o nueve si se cumple tu sueño de ocupar puestos más importantes en tu vida política como ser gobernador, o reelegirte en el peor de los casos, solo recuerda que por cada peso destinado a los pobres que tu te robes o desvíes para tus amigos, compadres amantes o novios, te estará apuntando un arma empuñada por alguno de tantos delincuentes, o una mentada de madre de los que viven en la miseria o de sus hijos que no tienen otra opción más que delinquir para comprarle medicinas a sus padres o para llevarle de comer a un hijo.
Ten en mente, piensa, si no es mucho pedirte, que por cada escuela que se deja de construir o cada maestro que no puede ser contratado o capacitado para mejorar, aparecerán cincuenta o cien futuros sicarios que estarán listos para secuestrar a un familiar tuyo o de cualquiera de tus amigos ricos, o para extorsionarles, matarlos porque así se los ordena el influjo de la maléfica, violar a alguien de tu familia o cosas más horrendas, no es un deseo, te lo digo de corazón que no es un deseo, es una realidad que sucede en las calles y te estoy recordando porque sé que la conoces aunque la quieras olvidar allá en México o acá en tu casa de descanso familiar.
Si, ya se, estás pensando que con todo ese dinero bien te puedes ir a vivir a los Estados Unidos o cualquier otra parte del mundo, aunque, ¿ya pensaste en el resto de tu familia, en la felicidad de tus papás, en cómo los negocios o el poco o mucho patrimonio que ellos construyeron en base a sudor, sangre y lágrimas se derrumba, en los amigos de tus hijos y hasta en la comida de todos los días?
Mi hoy político triunfador, observa a México, escúchalo, ponles mucha atención a sus signos vitales, piensa que un pobre, alguien que abandona la escuela o que no tiene para curar sus heridas, una enfermedad, como quien está perdido, va a todas, incluyendo la delincuencia, si, la que ahora nos ahoga y que ha sido capaz de matar a un conocido tuyo, a un familiar cercano o a ciudadanos de bien, a personas que no hicieron otra cosa que intentar ganarse la vida en base a un trabajo honrado.
También observa Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Estados donde la gente, más sus maestros o sus mal nombradas guardias civiles, están empezando a creer que puede hacer lo que le dé su regalada gana por una ausencia de gobierno o lo timorato de los mismos.
Sé que es muy difícil cambiarte, complicado intentar modificar tus hábitos de vida, la forma como te has encumbrado, pero también sé que es muy sencillo hacerte entender que eres nuestra última esperanza, la última oportunidad de que este México vaya cambiando de forma pacífica, comprende que si no haces lo correcto quizá otras personas se lo digan a tus hijos ,o a los hijos de tus conocidos, pero no de forma tranquila, no, será con las armas en las manos, en una revolución, con revueltas y saqueos callejeros , asaltándolos, y te lo juro, nadie de nosotros lo desea ni lo quisiera ver.
Está carta va dirigida a todos los Diputados de la próxima legislatura, federales y locales, con la invitación para que recuerden, a la hora de votar leyes o presupuestos, la pobreza que vieron durante sus recorridos de campaña, la inseguridad que tiene aterrorizados a millones de mexicanos y a partir de ahí reflexionen y cumplan lo que prometieron, desde luego, para que vean a su familia y por su familia en cada uno de sus próximos actos, México merece vivir en paz, creciendo, desarrollándose, de pie, y siempre en busca de la felicidad, y tú, político que dices que has ganado, tú nos puedes ayudar.
P.D. Esta carta ha sido enviada cuatro ocasiones anteriores, lo triste es que es en los mismos términos, lo que significa que no hemos cambiado nada, tenemos los mismos problemas, así que, por favor, entréguesela de mano a su Alcalde o Diputado electo, los anteriores, según sus allegados, me consta que la han leído pero también que les ha valido puritita fregada.
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