En realidad la alianza del PAN y PRI no es inédita porque ya se ha
dado en diversos elecciones en Tamaulipas. Lo que podría suceder,
en los próximos comicios, es que ésta se concrete de manera formal.
Sucedió en el 2016 cuando priistas, de manera abierta y encubierta,
se sumaron a la causa de Acción Nacional que compitió por la
gubernatura con el entonces candidato, FRANCISCO GARCÍA
CABEZA DE VACA.
El propio aspirante se dio a la tarea de invitar a distinguidos militantes
del tricolor, algunos de los cuales no dudaron en sumarse a los
“vientos del cambio”, mientras que otros apoyaron la causa de manera
subrepticia.
Ante el sesgo nada pudo hacer la dirigencia del tricolor, en aquel
entonces liderada por RAFAEL GONZÁLEZ BENAVIDES.
Posterior al triunfo del panismo, varios priistas fueron incorporados a la
administración pública y, cuando volvió el tiempo de elecciones para
alcaldes y diputados, se les puso a operar para los abanderados
albicelestes al igual que a cuadros del tricolor, principalmente
aquellos que habían sido alcaldes o legisladores.
Hubo quienes aceptaron de mil amores y a no pocos se les tuvo que
sensibilizar ya que tenían cuentas o expedientes susceptibles de
desempolvar.
Lo que acaba de suceder, en las elecciones del pasado mes de junio,
fue una variante de la alianza del panismo y priismo. Lo que se dio fue
una reedición del “apriete” a los del tricolor que arrastran “pecadillos” y
a varios priistas se les “invitó” a competir por las siglas del PAN en
calidad de candidatos.
Ahí están los casos de YAHLEEL ABDALA CARMONA en Nuevo
Laredo y de ÓSCAR ALMARAZ SMER en Victoria.
De manera que, si se da la unión entre los institutos señalados, lo que
se presentará va a ser una variante de lo que se venia dando.
Pero aún en esa condición, hace bien la dirigencia del PRI, liderada
por EDGAR MELHEM SALINAS, en darse a querer y lanzar ganchos
a diestra y siniestra para sacar provecho de una eventual negociación
con partidos políticos, con los que podría ir en alianza para competir
por el relevo en el ejecutivo estatal que tendrá lugar en el 2022.
Sin embargo, es evidente que la jerarquía priista y sobre todo la de
Acción Nacional (PAN), dejaron pasar su mejor oportunidad de
coaligarse, de manera formal, en los comicios anteriores para alcanzar
victorias en cuanto a municipios y diputaciones.
Lo que se comenta entre mandos del tricolor es que a la jefatura
política panista le ganó la soberbia y por ello se implementó una
errática estrategia que derivó en el notable fracaso.
Es decir, los priistas locales estaban puestos para entrarle “unidos” a
las elecciones solo que el estado fue excluido de la coalición que se
perfiló desde el ámbito federal. Y esto se explica debido a que el
panismo de la entidad y en lo específico su mando real, determinó que
no había necesidad de ir de la mano con nadie. Quizá dieron por
hecho que los del Revolucionario Institucional eran de “casa”.
Alguien seguramente hizo análisis erróneos y paso datos que no
correspondían a la realidad política electoral. Sin duda se trato de un
mal cálculo asumir que los ciudadanos estaban más que puestos para
seguir apoyando la causa albiceleste cuando, a nivel de territorio, el
descontento era evidente.
En lo general, a eso abonó, la pirateada de candidatos de extracción
priistas, los abanderados panistas impresentables y el que no se
cumplieron determinadas expectativas por parte del gobierno estatal y
municipales de corte albiceleste.
Pero el caso es que los de Acción Nacional no recibieron la línea para
jalar a los del Revolucionario Institucional y, al menos en las sumas,
eso les costó perder elecciones muy importantes.
La verdad es que los tricolor se fueron de gane, en las recientes
elecciones, con lo que obtuvieron en cuanto a votación-más de 100
mil votos, pero eso no se trasladará a lo que viene porque las
condiciones cambiaron.
En efecto, cada elección es distinta y en esto son expertos los del PRI
aunque, dese el 2016 a la fecha, lo que han sumado son descalabros.
Lo que se documenta es que no se han podido recuperarse de la
derrota que les propinaron desde que perdieron la gubernatura a
manos de los que ahora los quieren “jalar” para ir juntos contra un
adversario que, en aquel entonces, todavía no pintaba.
Debe señalarse que estará difícil que al PRI le alcance ir a la elección
con un candidato propio y tampoco es garantía que juntando
“debilidades”-PAN, PRI, PRD, puedan construir una fortaleza capaz de
ganar los comicios del año próximo.
Tal vez Morena sea opción pero se tendrá que ver si para allá apunta
la línea tricolor y si el morenismo acepta lo que implicaría ir junto a un
partido al que, con frecuencia, se critica.
AL CIERRE
El más reciente destape es el que acaba de hacer la dirigencia
nacional del Partido del Trabajo (PT), al levantarle la mano al ex
candidato independiente a la gubernatura, FRANCISCO CHAVIRA
MARTÍNEZ.
Con el activista estuvo los jerarcas petistas de Tamaulipas,
ALEJANDRO CENICEROS y ARCENIO ORTEGA, lo mismo que el
máximo guía, ALBERTO ANAYA.