CUADRANTE POLITICO——-POR  FERNANDO  ACUÑA  PIÑEIRO—-

——-EL CAMPESTRE Y EL BAILE DE LOS 501—–

   A  diferencia de aquel famoso “Baile de los 41”, registrado durante el porfiriato,   sorprendido por una redada policiaca el 17  de noviembre de 1901, en la capital de la república, y que ha quedado para el anecdotario, como el mayor escándalo moral  de la época, aquí en la capital tamaulipeca, ya ha cobrado fama el célebre Baile de Debutantes del Club Campestre, cuyo evento masivo, sin respetar las reglas sanitarias, disparó los casos de COVID.

Todo un escándalo de violación a las restricciones sanitarias vigentes.

 Esta fiesta juvenil que forma parte de la cultura de las  clases adineradas victorenses, se convirtió en el mayor foco de contagio, en el historial de la pandemia dentro de la geografía tamaulipeca. En los medios televisivos se sabe que eran más de quinientos los asistentes.

 Cabe mencionar que en este caso, los culpables no son los cientos de muchachas y muchachos que se dieron cita, sino los administradores del Casino, mismos que tal vez en su afán de hacer negocio, abrieron la fiesta a su máxima capacidad, o tal vez incluso rebasando los límites.

 Tan solo en lo inmediato se habló de más de 16 contagios. Pero a estas alturas, se cree que la cifra se ha cuadruplicado pues los infectados inicialmente, tienen a su servicio gran numero de personas provenientes de los estratos populares. De manera que la enfermedad que ya se creía más o menos sofocada, volvió a cobrar inusitada fuerza. Este fin de semana se hablaba de más de cien casos, provocados por la fiestecita de las elites victorenses.

 Lo inadmisible de este caso  es el extraño silencio que ha estado guardando la Secretaria de Salud, en manos de la chiapaneca Gloria Molina Gamboa.

 El pasado viernes, (una semana después),  en una actitud bastante tardía y demostrando una absoluta indolencia en el desempeño de su cargo, la titular  Salud en Tamaulipas, salió ante los medios informativos para decir que, el Club Campestre no contaba con el debido permiso para realizar el evento, que derivó en contagio masivo.

 A regañadientes y  casi obligada por la dimensión que había generado el escándalo sanitario, la servidora pública espetó a los reporteros, cuando le preguntaron sobre el tema:

—–¿Qué te digo..? ¿Qué quieres saber del baile del Club Campestre?

 Cuando le cuestionaron  si la dependencia a su cargo,  había  emitido algún permiso sobre e famoso baile, Molina Gamboa que a estas alturas ya le vale gorro la salud de los tamaulipecos, pues ya está de salida, no tuvo empacho en lavarse las manos, señalando que el Campestre  y sus administradores, no contaban con el aval  correspondiente.

 Exhibiendo un tortuguismo que pareciera más bien dejar que el tiempo pase, para dejar todo en el olvido, Gloria Molina dijo que están analizando el tipo de sanción que se les impondrá a los responsables de los hechos.

 Tal vez, en el “análisis” al estilo tortuga de la Secretaría  de Salud en Tamaulipas,  se lleven uno o dos meses más, tiempo suficiente como para que el asunto quede olvidado. O a menos a eso es a lo que le apuestan, tanto los funcionarios de Salud, como los administradores del Campestre. Lo recurrente en este tipo de casos, donde impera el influyentismo y las relaciones de alto nivel: echarle tierra al asunto.

 De esta manera, queda demostrado que la Secretaría de Salud en Tamaulipas, (en manos de una mujer que ni siquiera es de nuestro estado, y  que ya en otras ocasiones ha demostrado que a ella lo que le interesa es la vida de privilegios y de abundantes recursos económicos),  no está aplicando el piso parejo, en lo que se refiere a sanciones.

 De esto último dan testimonio algunos empresarios del ramo hotelero y restaurantero, a los cuales Molina Gamboa los somete a una y mil reglas sanitarias, so pena de aplicarles fuertes multas. No es el caso del Club Campestre, cuyos administradores tampoco se han atrevido a dar la cara ante la opinión pública, para dar una explicación de lo sucedido.

 Ya no se trata aquí de un baile restringido a las elites. Las cosas trascendieron a  los sectores más populosos de la población. Ahora el  problema es tan fuerte que, ciudad Victoria ya aparece en las estadísticas con mucho mayor número de casos de COVID, por encima de grandes ciudades como Tampico.

 Lo dicho: antes de las elecciones y ahora después de que el pueblo los sacó de los ayuntamientos y del Congreso con su voto de castigo, los funcionarios panistas, siguen demostrando un marcado desprecio por los intereses de la ciudadanía.

 Para muestra un botón rociado de perfumes caros: el Baile de los 501 en el Campestre. Todo un escándalo sanitario y de contagio masivo. Mucho más nocivo que el Baile de los 41 en el Porfiriato.

EL TOPE BORREGA Y SU PUNCH ELECTORAL, ENTRE LOS MEJORES DEL PAÍS-

   En medio de una vorágine  de cambios que dejó sobre el horizonte de las urnas, la llamada Primavera Tamaulipeca,  es hora de hacer un alto, para  analizar a fondo  el trabajo de un liderazgo político, como el de Mario Alberto López en Matamoros. Me refiero al voto de los principales conglomerados urbanos,  un renglón donde el morenismo  nacional tuvo escasas figuras estelares, en los comicios de este seis de junio.

 Ciertamente MORENA ganó once de las quince gubernaturas en juego. Pero perdió algunas de las metrópolis más importantes.

  En este contexto, llamó mi atención  la reciente publicación en un diario de circulación nacional, donde  destacan los resultados de 18 alcaldes pertenecientes a diversas fuerzas políticas.  Para hablar en el  argot beisbolero, que es el deporte consentido en la Cuarta Transformación,   dicho reportaje  habla de los mayores porcentajes de  “bateo electoral”.

  Siguiendo con la jerga favorita de Andrés Manuel  López  Obrador, la reciente elección de este seis de junio, dejó sobre la superficie del escenario postelectoral,  una  especie de Salón de la Fama, donde aparecen los “macaneros”  más  sobresalientes.

Concretamente se manejan los nombres de dieciocho alcaldes que más que ganar, arrasaron a sus adversarios. Justo en el lugar número nueve  de esta selecta lista de figuras públicas super favorecidas por la voluntad ciudadana, se encuentra el alcalde matamorense Mario Alberto López  Hernández, con un porcentaje del orden del 56 por ciento, acreditado como el más alto  de los 43 municipios en Tamaulipas. Y todavía más importante: destacado entre los más sobresaliente del país.

 Abanderado por la alianza  MORENA-PT, el Contador Público, con dos licenciaturas en administración pública y Derecho, dueño de una personalidad alejada del protagonismo, pero organizado y perfeccionista como pocos, a la hora de sacar adelante el trabajo del ayuntamiento, obtuvo un total de 108 mil 160 sufragios. De la candidata panista Ivette Bermea, no hay nada que decir. Sus raquíticos 51 mil 167 votos, hablan por si solos, del rechazo ciudadano hacia su individualidad y hacia su partido.

  Los números de la democracia matamorense, son fríos, incuestionables, contundentes. Mario López acaba de inscribir su nombre en la historia electoral  de Matamoros, (el mejor de Tamaulipas, y entre los más destacados del país), como el político   con una votación más copiosa a su favor. Además de  que en su circunstancia municipal, es  el primero en reelegirse, de acuerdo a las nuevas normas vigentes.

 ——-¿COMO UTILIZARÁ  LA BORREGA  SU CAPITAL POLÍTICO EN EL 2022?—

 Habrá  que estar muy pendientes  de la evolución que tendrá a  la vuelta de un año, este enorme capital político-electoral del actual alcalde morenista en Matamoros. Los consensos   con los  que arrancará en octubre de este año, lo colocan en automático, entre las figuras públicas más  sobresalientes de la sucesión sexenal tamaulipeca.

  Desde luego que vemos a La Borrega como un poderoso factor de negociación y diálogo, en el concierto  de la toma de decisiones. No lo pierda usted de vista, porque sin duda alguna que este personaje que no es dado a buscar los reflectores, y que más que las palabras prefiere hablar con los hechos, indudablemente  jugará  un papel de primer orden, en los tiempos tamaulipecos que ya están a la vuelta de la esquina.

——LA EXCELENTE RELACION DEL ALCALDE  CON EL SECRETARIO DE SEDATU-

 Gran parte de lo que ahora se ha logrado en Matamoros, en materia de transformación social  y urbanística , es producto de la muy cercana relación entre el jefe político municipal López  Hernández  y el joven Secretario de la SEDATU federal, el arquitecto Román Meyer Falcón, egresado del Instituto Tecnológico de Monterrey.

 Se trata del hijo del politólogo Lorenzo Meyer, uno de los pocos intelectuales mexicanos, a quien el Presidente Andrés  Manuel  López  Obrador, tiene en una estima de primer orden.

 De hecho, fue Meyer Falcón el conducto ante el Presidente AMLO, para que el alcalde Mario López  gestionara la vista del titular del Ejecutivo Federal a la llamada primer frontera de México,  con lo cual el jefe político del país, constató de primera mano, las acciones sociales que beneficiaron a más de 57 colonias trabajadoras  de Matamoros.

  Esta historia de la que les comento, se remonta a mediados del 2019, cuando ya se hablaba de una inversión de 520 millones de pesos, repartidos en cuatro rubros: infraestructura básica; infraestructura social; temas de vivienda y la otra destinada a la legalización de predios.

 Pero en su momento,  el alcalde matamorense tocó también las puertas ante la SEP, y otras dependencias federales, todo con el objetivo de beneficiar con la inyección de recursos a su municipio.

  Dicen que trabajo mata grilla. Y esto quedó confirmado una vez más, con el formidable triunfo del morenismo sobre el PAN en Matamoros. Al final  no prosperaron las presiones y las maniobras  de la marca Tam, tratando  e descarrilar  al ayuntamiento de MALH.

 El Tope Borrega, es hoy por hoy uno de los de mayor punch electoral de Tamaulipas y del país.

 Habrá que ver, en 2022,  el lenguaje de este enorme capital político y social,  en que se traduce.