En los años setenta del siglo pasado, en la Comisión Nacional Juvenil del Partido Comunista Mexicano, se decía que el PCM era una escuela de cuadros políticos donde se formaban obreros, campesinos, profesores, pequeños comerciantes pero también hijos de encumbrados empresarios y funcionarios que estudiaban en aquel entonces en la Universidad Nacional Autónoma de México. En aquella década ya se decía que miembros del gabinete presidencial y de algunos gobiernos estatales habían pertenecido a la organización comunista o habían sido simpatizantes. Los más congruentes mantenían vínculos con sus antiguos compañeros con quienes cooperaban económicamente o les conseguían trabajos de bajo perfil en la administración pública para que pudieran ejercer su militancia sin sobresaltos financieros.
Jorge Castañeda y Emilio Múgica Montoya (+), Secretarios de Relaciones Exteriores y de Comunicaciones y Transportes en el gabinete del presidente José López Portillo, tenían un hijo y una hija, respectivamente, que conducían sus lujosos vehículos hasta el campus de la UNAM donde estudiaban pero esos mismos autos servían para que los entonces jovencitos participaran en la repartición de propaganda escrita, en la pinta nocturna de paredes y otras actividades. El gobierno era autoritario, el PCM era ilegal y si participabas en sus actividades era muy probable que te encarcelaran, te golpearan y, eventualmente, te mataran. Pero no todo eran emociones fuertes; la organización te permitía viajar, asistir a festivales, cursos y otras actividades culturales, artísticas o propagandísticas en la Ciudad de México y en los estados de la república. Los más destacados podían viajar al extranjero para asistir al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes o ir becados a la Universidad Patricio Lumumba de Moscú.
Invitado por la Brigada Juvenil Emiliano Zapata asistí a un curso de varias semanas en la capital de la república donde nos mantuvieron en una casa de varios pisos recibiendo clases de diversas materias, algunas demasiado densas para nuestra edad pero estábamos muy atentos porque las cátedras corrían a cargo de famosos y prestigiados profesores, investigadores y activistas de la UNAM. La ideología marxista era el eje teórico de la escuela de cuadros del PCM y a todos nos animaban las banderas rojas, la llegada al poder de los obreros y campesinos y nos emocionábamos cuando se nos decía que la humanidad marchaba inexorablemente hacia el socialismo. Algunos acabábamos de terminar la preparatoria pero ya nos sabíamos el Manifiesto Comunista, presumíamos de haber leído El Capital (en realidad lo hojeábamos y subrayábamos los párrafos que más nos gustaban), además, hablábamos de Marx, Engels, Lenin, Mao Tse Tung, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Fidel Castro, Kim Il Sung, Ángela Davis, Ho Chi Minh y otros próceres socialistas, como si fueran nuestros amigos cercanos.
Por lo anterior puedo decir que el PCM fue una escuela eficaz de cuadros políticos y, como testimonios vivientes puedo mencionar al decano de los diputados federales, Pablo Gómez Álvarez a quien conocí junto a Elvira Concheiro, su entonces hermosa novia y actual Tesorera de la Federación. También es de la vieja escuela de cuadros comunistas el actual Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez y muchos más quienes forman parte en el actual gobierno federal. En el plano local también hay elementos valiosos que siguen vigentes en el campo político donde destaca el pedagogo e historiador Pedro Alonso Pérez quien, en su primera juventud, encabezó las luchas de los normalistas de Tamaulipas al lado de otros amigos como el sindicalista Roberto González Rodríguez, la maestra Nora Hilda de los Reyes y muchos otros. No sé si las personas que he mencionado hasta aquí fueron a algún curso político formal, sin embargo, puede afirmarse con certeza que el PCM fue su primera escuela.
Si los comunistas tuvieron una buena escuela de cuadros políticos marxistas, debo decir que el Partido Revolucionario Institucional también ha sido una escuela de gestión pública y gobierno. Algunos viejos cuadros del PRI se formaron en la antigua escuela comunista ocupando espacios en la estructura tricolor y en la administración pública donde se mantuvieron durante décadas hasta que el partido fundado por el profesor y general Plutarco Elías Calles ya no les fue útil para canalizar sus aspiraciones. Podríamos decir que la columna vertebral de algunos partidos vigentes como PAN, MORENA, PVEM, PRI y otros, está formada por elementos formados en el viejo partido de los comunistas o en el tricolor. Muestran ignorancia quienes descalifican a algunos personajes por mudar de preferencias políticas. Está documentado que el cambio de un partido a otro ha existido desde que existen los partidos.
Algunos nombres abonan la hipótesis mencionada: Pablo Gómez, Alejandro Encinas, Elvira Concheiro y muchos más pasaron del PCM al PMS, PSUM, PRD y ahora están en MORENA. Manuel Bartlett Díaz pasó del PRI al PRD, PT y ahora es morenista. La senadora morenista Lilly Téllez ahora es del PAN. Ricardo Monreal venía del PRI, fue gobernador de Zacatecas por el PRD, pasó por el PT y es el líder del senado por MORENA. El presidente Andrés Manuel López Obrador, primer morenista del país, viene de la escuela del PRI (fue líder estatal del tricolor en Tabasco) y pasó por el PRD donde también fue líder nacional. El exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, venía del tricolor, está en el Verde y se le acusa de ser incondicional de AMLO. A nivel local también se cuecen habas: Felipe Garza Narváez, Eduardo Gattás Báez, Javier Villarreal Terán y muchos más, pasaron del tricolor a MORENA. José Gudiño, Abel Gámez, Zayonara Páez, Magdalena Peraza, Ernesto Terán, Gustavo Rivera, César Saavedra, Óscar Almaraz y muchos otros, pasaron del PRI al PAN.
También hubo fenómenos políticos a los que poco les importaban las siglas que los postulaban; los partidos eran simples instrumentos para sus ambiciones electorales como lo demuestra Fernando San Pedro (+) quien fue postulado en Tampico diversas ocasiones por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y por el Partido Popular Socialista (ambos ya sin registro). Carlos Enrique Cantú Rosas, también finado, primero priista, luego fue alcalde y diputado federal por el PARM, se sumó a la campaña presidencial del Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; sus paisanos de Nuevo Laredo siguen llamando a CECR La leyenda y, haber sido un político carismático, le ha permitido tener cierta continuidad a través de sus hijos Carlos Enrique y Carmen Lilia Canturosas Villarreal. Jorge Cárdenas González (+) priista originalmente, fue alcalde y diputado por Matamoros postulado por el PARM. Más tarde fue candidato a gobernador de Tamaulipas pero no le alcanzaron miles de votos obtenidos.
El tema da para mucho más. En esta entrega redactada a vuela pluma, como casi todas las tareas periodísticas, sólo pretendo significar que ya deberíamos estar acostumbrados a que la gente cambie de ideas, proyectos, intereses y preferencias. Quizá este intento de aclarar el tema sirva para comprender mejor a quienes cambian de partido como es el caso del destacado priista Óscar Almaraz Smer quien sería registrado por el PAN para buscar la diputación federal por Victoria. Cambiándose de partido, algunos han llegado a la gloria terrenal pero otros se han topado con el infierno por todos tan temido.
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