Los políticos, grillos y chapulines de Madero, disfrutan de esa placentera metamorfosis camaleónica, que sin pudor ni escrúpulos, brincaron del priismo al perredismo, y ahora visten con orgullo, la desprestigiada playera panista, como Jaime “El Cocinero” Turrubiates, y no por ser su mejor hobby la cocina, sino porque se especializó en cocinar fraudes, negociar alcaldías, “Estafar Incautos” y Encantar Víboras desorientadas. LA MADERA DE ADRIAN; EL MADERO DE MORENA Decía un singular personaje maderense, de batallas pasadas, y ya pisadas por la historia de izquierda este petrolero y controvertido pueblo que padeció la inmovilidad política del Quinismo: “En Ciudad Madero, solo hay dos grupos políticos, pero en cada cuadra”. Es un diario e intenso grillerío de los mil diablos, en los pasillos del sindicato como en los de la presidencia municipal, así como en los mentideros políticos. Y nadie se salva. Todos, saben todo de todos, vida, santo y señas y milagritos de cada quién, y más, si se de atracos y robos de unos milloncitos del erario público, o vendieron plazas sindicales. Y como en la capital cueruda, los ´anolistos y especuleros´ cafetólogos, “hablan como si supieran y escuchan como se entendieran”. Todos los políticos, operadores, grillos y chapulines por excelencia, disfrutan de esa placentera metamorfosis camaleónica, que sin pudor ni escrúpulo alguno, brincan del priismo al perredismo, y ahora visten con orgullo, la desgastada y desprestigiada playera azul panista, como es el caso de Jaime “El Cocinero” Turrubiates, y no porque sea su mejor hobby la cocina, sino porque es especialista en cocinar fraudes, mercenario de la política, inigualable como “Estafador de Incautos” y el excelso “Chapulín” de Madero. Y es que los operadores del panismo, se tardaron un año y medio en comprobar que con “el Muchachito del Deporte, Carlos Fernández Altamirano, era más que imposible ganar las elecciones. Nunca levantó en las encuestas, le faltó carisma, y nunca lo aceptó el electorado, ni las mujeres”. De emergente sacan de la manga al priista Jaime Turrubiates, El Chapulín, que hace cuatro años era ferviente y cercano colaborador del perdedor priista Baltazar Hinojosa y promotor del candidato presidencial Juan Antonio Meade. Y nadie olvida que en el año 2007, en el sexenio de Eugenio Hernández, vendió ¿o negoció? la alcaldía ganada por el PAN, para dársela a Sergio Posadas como una posición para los petroleros de Carlos Romero Deschamps. Esta imposición es una burla a la militancia, se quejan los panistas fieles al partido. Y más, dicen, no le consta al que esto escribe, que cuando alcalde priista, 2010-2013, se extraviaron 40 millones de pesos y coincide que en ese tiempo, floreció el negocio de los pollos “Church”, y de eso cuenta a sus cercanos, el que fuera Síndico, el abogado Florencio Bonilla. Para nadie es un secreto que también desconoció al Partido que le abrió también las puertas, el Verde Ecologista. ¿Será que le entiende a la perfección a eso de la “basura reciclada”? ¡Ah, para Fichíta! ¿Leal a toda prueba?. Y con sorna, los panistas resignados para apoyar a su candidato, –aunque admiten una derrota apabullante, de masacre–, “el destino de Jaime será refugiarse en Morena como es su costumbre «chapulinesca”. Ahora, el inexperto e iluso y desbancado muchachito del deporte, sobrino político de Arturo Elizondo, va en la fórmula a una diputación local y cuerpeado por Joaquín Hernández Correa, «El Joaco». El hijo de la Quina, quien pelea contra su sombra, apenas pudo ganarle en la elección pasada a Bertha Sánchez, pretende ahora competir para una diputación federal. Según los analistas, no la libra, los electores lo vomitan. Lo cierto es que si con “Carlitos” era una misión imposible, con Jaime, solo quedará en una masacre. El PAN pierde en Madero. Es el pronóstico en el que todos coinciden. LA MADERA DE ADRIAN; MADERO PARA MORENA Aprendió rápido y se mueve como pez en el agua. Pese a los embates del gobernador al entrometerse en los asuntos municipales como Tránsito, Adrián Oseguera no se amilanó. Sacó la casta y enfrentó las embestidas. Y busco respaldo y apoyo, encontrándolo con buenos oficios en la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. La madera, la consistencia del político, la vena política que heredó de su abuelo, porque “lo que se hereda no se hurta”, y además de la marca que trae y promueve, del partido en poder, al alcalde de Madero, los panistas “le harán lo que el aire a Juárez”. De hecho, a Oseguera lo quieren, no lo odian como a José Andrés Zorrilla. El alcalde ha hecho trabajo y obra pública, en las colonias y en las principales avenidas, y tiene el apoyo de más de cien colonias. No obstante, de sufrir las bajas de dos de sus operadores políticos, Adrián Cruz y Claudio de Leija, y que se anidaron en el proyecto de Erasmo González, los analistas aseguran que Adrián ganó con los históricos 45 mil votos y aún conserva un alto grado de aceptación.