Desde que se eligió como Presidente municipal a Xicoténcatl González de ciudad Victoria, Tamaulipas, empezó el calvario de los victorenses. Escasez de agua; colapso de los servicios de recolección de basura; olvido de la autoridad de sus compromisos ciudadanos; tumbos en la cobertura de pagos a proveedores y una forma de gobernar llena de cinismo y desfachatez, fueron las peculiaridades que pintaron esa ida administración. ¿La llegada de Pilar Gómez, resolvió aquellas calamidades? ¿Se notó el cambio de administración municipal? ¿La opinión pública ha cambiado su postura desde el arribo de Pilar a la alcaldía? ¿Se nota el reposicionamiento del PAN en la ciudad? ¿Ha logrado consensos capitalinos Pilar con su llegada a la Presidencia? El primer elemento que frenó el despliegue de la estrategia del panismo en Victoria, fue el abominable coronavirus. Doña Pilar, fue atacada por tan temible enfermedad. Al parecer, sigue aun en cuarentena. Sin duda: paralizó todo proyecto para recuperar una plaza que dejó absolutamente abandonada y perdida el médico Xico. Otra circunstancia que lastra las tácticas para recuperar el terreno de manos enemigas, es la lentitud en las decisiones. Aún hoy, la estructura dejada por el depuesto alcalde sigue actuante en lugares estratégicos del Ayuntamiento. Y lo peor: se están yendo a casa con las manos llenas de dinero público sin que se haya visto denuncias de por medio –la jefa de Prensa es un ejemplo–. Es decir: la impunidad, no sólo mancha a la nueva administración, sino que hace crecer el escepticismo ciudadano. (O sea: lejos de ganar adeptos, esa actitud permisiva de los que llegan, podría distanciar aún más al gobierno municipal y a sus representados). La política de alianzas errática del panismo, se suma a los desafíos de la nueva administración. Llevar a la fuerza, con métodos coercitivos, a la tarea de recuperar el ánimo ciudadano, a aliados de otros partidos –Oscar Almaraz Smer y sus correligionarios– es de resultados inciertos. La humillación al ex alcalde priista, no parece ser bien vista por un conglomerado priista que con los triunfos en Coahuila e Hidalgo, traen el ánimo arriba. En otras palabras: ese pacto, puede haber sido firmado en las alturas pero, igualmente, puede no bajar a las bases. (Ese convenio entre el PAN y porciones priistas encabezados por Almaraz, podría potenciar las candidaturas de otros partidos, a consecuencia de los escurrimientos tricolores y la percepción del voto útil). A casi un mes de la unción de Pilar, el PAN sigue empantanado en Victoria. El vuelco en ese escenario, está en manos del primer panista del estado. ¿Le alcanzarán las manos para salvar a Pilar?