El aparato administrativo político burocrático del gobierno federal se alineó, casi en su totalidad, con el Delegado. El Delegado propició la creación de grupos de apoyo en todos los municipios del Estado. El Delegado acordaba con las autoridades, de los municipios y del gobierno estatal, para definir las obras que se harían con los recursos de la federación o con la mezcla de recursos de los tres niveles de gobierno. El Delegado presidía actos de inicio de obras, de supervisión de obras, de entrega de recursos de los programas sociales, de entrega de becas escolares, etc. El Delegado encabezaba las ceremonias importantes que eran organizadas por todas y cada una de las oficinas federales. El Delegado era invitado a los eventos de la sociedad civil: ferias del pueblo, toma de protesta de los directivos de los organismos intermedios, graduaciones, ceremonias cívicas, desfiles, carnavales, homenajes, ceremonias luctuosas, fiestas de cumpleaños, aniversarios, etc. El Delegado era apoyado por burócratas y políticos del gobierno federal, estatal y municipal. Bastaba una llamada del Delegado, al jefe de oficina, de cualquier oficina, para que «comisionaran» a un empleado a ayudarle al Delegado. El Delegado tenía el poder de «recomendar gente» para cualquier empleo en la administración pública, en donde por cierto nunca hay vacantes, pero siempre hay lugar para uno más. El Delegado viajaba por todo el estado. Hoy estaba en Nuevo Laredo, mañana en Ciudad Mante y pasado mañana en Valle Hermoso. El Delegado hacía valer su charola. No le pedía permiso a nadie para reunirse con quien quisiera, para visitar un municipio u otro o para organizar eventos políticos. El Delegado se involucraba y resolvía asuntos en cualquier dependencia. El Delgado tenía trato directo con el presidente. El Delegado tenía buena prensa. Procuraba a periodistas, editores, columnistas, radiodifusores, etc. El Delegado hacia política arriba, abajo y en medio, como en la lotería. Apapachaba a las líderes de colonias. Pactaba con los liderazgos populares. Negociaba con políticos de altos vuelos. Amarraba con los dueños del pueblo, en todos y cada uno de los pueblos. El Delegado fue «borrando del mapa» al gobernador en funciones, dos años antes de concluir el sexenio respectivo. El Delegado fue candidato a gobernador El Delegado arrasó en las urnas electorales. El Delegado del que les escribo es el del Programa Nacional de Solidaridad, PRONASOL por sus siglas, Manuel Cavazos Lerma. El Delegado actual, José Ramón Gómez Leal, tiene otro estilo o ¿tiene otras prioridades?