De lo público y lo privado Por. Oscar Díaz Salazar

No recuerdo donde leí una historia, que con el tiempo tuve la oportunidad de verificar y conocer con más detalles, en una grata conversación con mi amigo el Arq. Eduardo Villarreal (QEPD).
Me platicaba el Arq. Villarreal que una de las razones, tal vez la más importante, por la que Mario Moya Palencia, Secretario de Gobernación con Luís Echeverría, no fue el sucesor del presidente al que sirvió, a pesar de sus muchas cualidades, fue el veto de la Primera Dama, a quien molestaba la belleza y personalidad de la esposa de Moya Palencia.
La señora de Moya Palencia era tan hermosa que acaparaba las miradas en cualquier sitio en el que se presentara. A las reuniones en las que los funcionarios se hacían acompañar de sus esposas, acudían las mujeres de los colaboradores y de los invitados del presidente, con atuendos similares a la moda que estableció la «Compañera» María Esther Zuno de Echeverría, consistente en prendas típicas mexicanas, vestidos de manta, blusas floreadas y ropa con diseño y estampados oaxaqueños, yucatecos, etc. Vestidos, blusas, huipiles y rebozos multicolores lucían en las reuniones a las que asistía la Primera Dama. Pero a esas mismas reuniones de parejas o matrimonios que convocaban los Echeverría – Zuno, vestidos de guayabera y huipil respectivamente, se presentaba Mario Moya del brazo de su esposa, acaparando las miradas y las conversaciones, y luciendo su exuberante figura en vestidos «de noche», «de cocktail» o como sea que le denominen, en la jerga de la alta costura, a los vestidos de diseñador, cortados a la medida y exclusivos para una sola cliente.
Aunque los asesores de Moya Palencia le sugirieron que convenciera a su esposa de ser más discreta, de ser más prudente y esconder su belleza, de adoptar las modas de la primera dama, de ajustarse al estilo sexenal, el Secretario nunca pudo, o nunca quiso, o nunca convenció a su mujer, que por seis años deslumbró a la clase política con su belleza … Y provocó muchos disgustos en la parte femenina de la pareja presidencial.
Sería muy útil para varios políticos de Tamaulipas conocer esta historia, entender que la condición humana es la misma hoy como lo fue en los años 70. Saber que los gobernantes muchas veces toman decisiones por factores subjetivos, por influencia de sus seres queridos, por petición de la esposa, hermanos o familiares más cercanos.
Esa lección no la entendió quien fuera todopoderoso Jefe de la Oficina del gobernador de Tamaulipas, Víctor Sáenz, a quien le duró poco el gusto de «ningunear» a Ismael García Cabeza de Vaca. En esta pugna se impuso, como sucede las más de las veces, la sangre, el parentesco, el amor entre hermanos.
En el panismo de Tamaulipas, en el grupo cercano al gobernador Cabeza de Vaca, hay varios políticos que son mal vistos por la Primera Dama, en especial aquellos que andan de enamorados y no precisamente con sus esposas.
Menciono al hermano Ismael y a la Sra. Mariana Gómez, porque son las dos personas más influyentes, en este momento, en el ánimo del gobernador Cabeza de Vaca.
Con esta información como contexto, les comento que no se augura un futuro halagüeño para el presidente municipal de Tampico, Jesús Nader, al menos si ese futuro depende de la voluntad de Cabeza de Vaca, pues el alcalde porteño ha caído de la gracia tanto del hermano como de la esposa del gobernador.
Con el senador Ismael García ha tenido diferencias por cuestiones de negocios y las que se generan en la disputa por las posiciones políticas, las candidaturas y los espacios administrativos.
El ambiente con la primera dama se va a complicar en la medida que trasciendan los detalles de su vida amorosa… Algo que debería ser privado, pero que no lo es en el ánimo de la señora, y que dejó de ser privado al involucrarse servidores públicos, relaciones de subordinación laboral y compensaciones y prestaciones.