—–LA GUBERNATURA EN TAMAULIPAS, SE ADELANTA UN AÑO-
A la distancia del 2018, la llamada Cuarta Transformación, se ve como un león electoral, con una melena que ha envejecido en solo dos años, pero cuyos rugidos aun advierten que, no cederá tan fácilmente el imperio de la selva. Hacia el interior de la espesura política, el instinto de la manada, está enviando señales de guerra, de lucha cuerpo a cuerpo, sabedores de que el rey puede ser derrotado.
Con esta metáfora darwiniana que resume la crudeza de las disputas por el poder, puede abreviarse la intensa agenda de las elecciones 2021 en todo el país. Estarán en juego quince gubernaturas, geográficamente hablando, media república que bien puede ratificar el rumbo obradorista, pero también, rediseñar un nuevo mapa político.
Todo va a contar. Todo está contando. La acumulación de los yerros o la profundidad de los aciertos. La pandemia y el narco con su secuela de violencia, y sus derivados de pobreza y parálisis social, serán los dos ejes centrales, el paisaje vivencial donde se establecerá el tribunal de las urnas. Los dos protagonistas serán los gobernadores y el Presidente.
Esto es en términos generales, el escenario nacional. Pero, como se observa Tamaulipas, en todo este río revuelto de ambiciones y de estrategias; de escaramuzas, de advertencias; de réplicas y contra réplicas?
Nuestro estado tendrá oportunidad de evaluar a sus electores y sus tendencias en lo federal y en lo local. Con todo y la crucial importancia del relevo de la cámara baja, finalmente las pasiones municipales, al menos en los diez o doce ayuntamientos más grandes del estado, serán los que acapararán la película. Y concentrarán los reflectores.
La guerra por el Congreso y las alcaldías, en el 2021 tamaulipeco, será sin duda, un indicador muy confiable de lo que ocurrirá en el 2022. Quien gane estos dos estratégicos bastiones del poder de MORENA y el PAN, tendrán ya el boleto para la gubernatura. La ecuación será contundente. Y el mensaje bastante claro, por demás explícito. De tal manera que, la verdadera sucesión tamaulipeca, no será en dos años, sino en uno. El 2022, solo será una confirmación.
Esto ya deben saberlo los verdaderos adversarios electorales, los que están atrás de las siglas, y de cuyos movimientos, errores o aciertos dependerá, en buena medida el resultado. Me refiero al Presidente Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador, Francisco Cabeza de Vaca.
En el caso del gobernador tamaulipeco, me parece que está tratando de posicionarse como el líder opositor de los gobernadores, una estafeta que acaba de soltar el jalisciense Enrique Alfaro, luego del round verbal contra AMLO, y donde se vio que el machismo jalisciense de la música con mariachi no es tan sólido, pues el mandatario tuvo que recular , en sus dichos contra el tabasqueño de Palacio Nacional.
Por cierto, Alfaro se acaba de ganar un Procesazo, en el reciente número del semanario, propiedad del clan Scherer, cuyo primogénito, es uno de los más influyentes, en el regazo de la 4T. Obviamente que se trata de señales cifradas, no solo para el político de origen tapatío.
Enfrentarse contra el Presidente de la república, en tiempos de AMLO y con el control de los tres poderes de la federación, no es cualquier cosa. Sin embargo, el lider de las instituciones tamaulipecas de origen panista, sigue confiando en su trébol de cuatro hojas.
Por lo pronto, lo primero que ha hecho Cabeza es invitar a sus compañeros de la GOAN o de la BOA, para que se sumen a la cruzada de cobrarle impuestos a la CFE, en sus respectivos estados. Hasta ahí va ese capítulo. Ya se verá su evolución y resultados.
Profundizando en el tema tamaulipeco, la historia nos dice que, la clase política de nuestro estado, al margen de partidos, nunca ha podido ganar en el juego grande de las sucesiones presidenciales. Una primera explicación, es que no somos una potencia electoral.
Y la rentabilidad política que tenemos, es oscura, pues desde el juarismo, pasando por el porfiriato, seguimos siendo una zona libre, para todo tipo de negocios. De tal suerte que, desde el centro, solo los utilizan como generosos donantes de dinero y luego los abandonan a su suerte. El único que llegó, a cubrir un interinato, fue Portes Gil, porque era amigo del cacique Plutarco Elías Calles, y había versiones de que, había operado el asesinato de Obregón. Ahí está el conocido chascarrillo, de la pregunta: ¿Quien mató a Obregón? Y la respuesta: Calles..e y Portes..e bien.
Un poco más atrás en el tiempo, Manuel Refugio González, era el compadre del dictador Porfirio Díaz. Pésimos antecedentes los de nuestro estado, en ese sentido.
En el caso específico del cabecismo, el verdadero plan puede ser, tirarle a Palacio Nacional, para presionar, y mantener a su grupo político, por uno o dos periodos más en el palacio tamaulipeco del quince y dieciséis Juárez.
Esto es realmente lo que estará en juego en la elección del 2021: la gubernatura adelantada del 2022, y obviamente una estrategia de largo alcance, con dos periodos sexenales, el siguiente que podría ser de seis y no de dos, porque, si los panistas bajan del macho a López Obrador, en la cámara de diputados, habría condiciones para cambiar las reglas, según interés y conveniencia de una oposición panista empoderada.
Sin embargo, AMLO advierte que no se va a dejar. Y la relación epistolar entre el Peje y Cabeza, por momentos sube de tono. Es evidente la tensión política. El gran público, se acomoda en sus asientos. El ring político, se reporta listo. La campana pugilística, podría sonar, aun antes que la de Dolores.