¿Que nos ofrecen los panistas?
Por Oscar Díaz Salazar
La promesa no cumplida de sacar a los priistas, -personajes y sus prácticas-, del gobierno. La oferta olvidada de descentralizar el gobierno del Estado, instalando Secretarías y dependencias en varios municipios. El compromiso no atendido de invertir en obra pública (en Reynosa) lo mismo que invierte el gobierno municipal. El ofrecimiento de permanecer en Reynosa (Jefe del Ejecutivo) el 20 por ciento del tiempo, que es el mismo porcentaje de población que tiene el municipio en relación al estado. Una obra de relumbrón, paralizada y que no tiene para cuando concluirse: el Centro de Convenciones. Una obra necesaria y útil, que se construye a paso de tortuga: la Jurisdicción Sanitaria. La ilusión (y luego desilusión) de que se lograría hacer de Tamaulipas un estado seguro. La promesa incumplida de cancelar las prácticas clientelares de los priistas y el lucro político con la pobreza. El ofrecimiento, indefinidamente postergado, de poner orden y dignificar el transporte público. La aplicación de la ley en los grandes fraudes de los priistas, como es el caso de la apropiación ilegal de terrenos en el puerto de Altamira y su restitución al patrimonio del estado, que no se ha cumplido. La investigación y las correcciones necesarias para enmendar el tema de la Torre de Gobierno, un inmueble construido con recursos públicos y privatizado a favor de particulares, que hoy cobran alquiler. El incumplimiento de la oferta de sanear y castigar las transas que presuntamente se hacían en la Secretaría de Salud con los aviadores, la simulación en la prestación de servicios, las compras a precios inflados, etc. Una obra, solo una en tres años, que cumple funciones estéticas, pero es deficiente en funcionalidad: el Puente del Pasito y Bulevar Hidalgo. La impunidad total para Egidio Torre y su camarilla. La subordinación de los poderes Legislativo y Judicial, respecto al Ejecutivo. La promesa, aún sin atender, de establecer una sede de las oficinas estatales mas funcional, confortable y moderna. Pactos con los jerarcas religiosos para re editar el protagonismo que tuvieron en el pasado, provocando un conflicto que nos costó mucho, -como sociedad-, superar. Un programa «Unidos por Reynosa» elaborado en escritorios chilangos, revisado en gabinetes de Ciudad Victoria, con el que pretenden darle un barniz tecnócrata de combate a la pobreza, al reparto de despensas y dádivas con fines electoreros. La oferta verbal, de saliva o de pico, de organizar y pagar una feria y exposición en Reynosa, similar a la que organizan en la capital del estado. La creación de una Secretaria de Pesca. El subejercicio y la pérdida de recursos para obra pública y para la amplia gama de programas que tiene el gobierno. El encumbramiento de varios personajes impresentables. La amenaza de perpetuarse en el poder con sucesiones filiales o conyugales. La adopción, corregida y aumentada, de las mismas mañas que antes le criticaban al PRI gobierno. La persecución a los enemigos políticos. El uso de las cuentas públicas para neutralizar rivales políticos, y no para garantizar el uso honesto y correcto de los recursos públicos. Promesas gastadas y a destiempo, frases vacías, medias verdades, mentiras completas, estribillos, pretextos, justificaciones.