CUADRANTE POLITICO—POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO—
La lógica demográfica relacionada con una mayor presencia de la pandemia en México, encuentra en el altiplano nacional, su aplastante explicación. La ciudad de México y el estado de México, son de los más infectados. En ciudades como Cancún, la elevada incidencia se explica porque dicha urbe es el primer destino turístico internacional en nuestro país. Igual en estados fronterizos como Baja California.
Pero….¿como podemos explicarnos el hecho de que la capital del estado en Tamaulipas, alejada de los grandes centros urbanos fronterizos y del sur estatal, supere a estos lugares en número de infectados? Requerimos de sociólogos, epidemiólogos y algunos otros especialistas en diferentes ramas del conocimiento, porque, todo lo que está ocurriendo resulta un reverendo misterio.
Como le decíamos, científicamente, a la luz del método y de la investigación sistematizada, aparentemente se trata de una situación insólita.
En primer lugar, porque al inicio del proceso, el COVID-19 no llega a Tamaulipas por su región centro, sino que lo hace por el sur tamaulipeco, justo el 16 de marzo, hace aproximadamente mes y medio.
Casi enseguida surgen otros casos en las ciudades fronterizas. Hasta ahí, el avance del Coronavirus, en nuestro estado, se movía atendiendo a la lógica poblacional, de manera normal, siguiendo los indicadores del patrón nacional, cuya característica es que las ciudades más pobladas del país, son las que resienten con mayor intensidad la pandemia.
Ocho días después, el 24 de marzo, la información oficial de la Secretaría de salud estatal, informa sobre el primer caso en ciudad Victoria. Resulta importante decir que, para efectos epidemiológicos e infecciosos, ocho días representan cronológicamente hablando, una brecha de tiempo demasiado amplia, en la cual, los primeros municipios infectados pudieron aumentar significativamente su número de pacientes. Pero no fue así.
El ritmo de contagios, tanto en la mayor parte de la frontera como en el sur, se ralentizaron, o sea se volvieron mucho más lentos, fue como si el virus, hubiese sacado el pie de su acelerador. En cambio, como a las dos semanas de que aparecieron los primeros casos en Victoria, la pandemia metió el acelerador a fondo. Esto provocó que no solo igualara al sur y a la frontera, sino que los rebasara fácilmente.
Ubicados en este punto del análisis, surgen algunas posibles respuestas a lo que ha ocurrido en esta asimetría de la pandemia versión tamaulipeca.
La primera hipótesis, sería que las autoridades estatales y las federales, aunque no se puedan ver entre una y otra, lograron una efectiva coordinación con los alcaldes de estos municipios del sur y del norte. También podríamos aventurar el supuesto de que, los alcaldes de estos lugares, se pusieron las pilas y decidieron ir con todo, para proteger a la población.
Pero de ser así, entonces lo que ha ocurrido en ciudad Victoria, resultaría casi aterrador. Porque, entonces estaríamos confirmando que en nuestra capital del estado, estos factores de cooperación y de aplicación en el control sanitario de la pandemia, aquí fueron ignorados totalmente, por todas las dependencias del sector salud.
O sea, en estas dos semanas y media en que se ha disparado la enfermedad en ciudad Victoria, ni la federación, ni salud estatal han volteado a vernos. Asi de triste el asunto. Ya antes hemos escrito que, en el tema de seguridad, ciudad Victoria es una tierra olvidada, ignorada por todos. Ahora en el caso de la pandemia, pareciera suceder algo parecido.
Existe una vaga hipótesis que hemos dejado para el final, por descabellada, pero que de vez en cuando aparece entre los comentarios de las redes sociales: esto se refiere a que las cifras estén siendo manipuladas por cuestiones de orden electoral, pero se nos hace difícil, y propio de una teoría conspiracionista difícil de creer y de comprobar.
En cambio, lo que sí es un hecho que se refleja objetivamente en los números, es que, con con un conservador indice poblacional, superado en ocasiones hasta en un 300 por ciento, por las ciudades del sur y del norte tamaulipeco, Victoria es la líder de casos en la pandemia.
Lo anterior, refleja en primer lugar el relajamiento de las políticas públicas de salud en Victoria. Habría que ver que dicen los comités jurisdiccionales de salud en esta región centro. Ellos que están adentro del sistema, sí saben y traen toda la película sobre este tema.
La otra es que, en una realidad social, como la que se vive, y atendiendo a los resortes de nuestra democracia representativa local , deberíamos preguntarles a los hombres y mujeres que se dedican a la política, en los diversos partidos, o en las legislaturas, en el ayuntamiento, donde cobran puntualmente.
No es posible que en situaciones como la que se vive, estas personas escurran el bulto, y se nieguen a dar la cara.
De igual manera, hay que ver que dicen los empresarios, los clubes de servicio, los profesionistas, los sindicatos, las universidades.
Si una ciudad es rica en instituciones en Tamaulipas, esa es ciudad Victoria. Pero en esta ocasión, todas están guardando silencio. Y bueno, si los organismos oficiales de los diferentes niveles, callan, ya es hora de que la sociedad civil se exprese, y opine , y pregunte, y cuestione, sobre lo que está pasando.
No es posible que, en todo los temas perdedores, las pulgas se le carguen a Victoria.
¿O sí..?