CUADRANTE   POLITICO

POR:  FERNANDO   ACUÑA  PIÑEIRO

———-TODOS LOS CAMINOS , (SUCESORIOS) LLEVAN A CABEZA–

Durante el auge del dominio romano, todas las vías de comunicación, desde África, la mayor parte de Europa y  Asia, estaban hechas para llegar al centro de las  decisiones políticas: Roma. Más  de 70 mil kilómetros,  de territorio global, conducían a un solo hombre. Hoy, en Tamaulipas, el entramado de proyectos que se acarician en privado, y se liberan en público, parece tener, un patrón similar.

La realidad avanza, por encima de elucubraciones  y guerritas de papel: Cabeza tiene el control de  la sucesión panista…y también de las ajenas. O al menos la mayoría de ellas.

Quienes trabajamos en el periodismo de análisis, tenemos   licencia para acercarnos a todas las trincheras, visualizar  con  ojos neutrales  el silencio  de los combates políticos, pues es cuando más  acciones  se llevan a cabo. O  sea, las luchas por el poder, se definen antes  de que empiecen a sonar los tambores  de guerra, pues para cuando esto sucede, uno de los dos bandos  ya le ganó la partida al otro. O al menos ya le lleva considerable ventaja.

Por ejemplo,  meses antes de que se realizaran las elecciones del 2016 por la gubernatura, el actual gobernador, ya sabía que de los dos finalistas del PRI, (Baltazar y Etienne), el primero era el rival más débil. Y no porque  se le restara capacidad, sino porque éste traía muchos frentes abiertos, tanto al más  alto nivel donde su jefe  y amigo Videragay, se  veía enfrascado en un toma y daca, como por sus diferencias con el llamado grupo Victoria, integrado por un ex gobernador y  otro  que ejercía el mando, en lo que sería el colofón de  toda una época tricolor. Balta, no la llevaba bien con ellos.

Eso lo sabemos ahora. Aunque  ya en su momento, el gobernador  Egidio Torre, enviaba señales a todos los que lo querían oír. En las comidas  donde se intercambiaba puntos de vista con algunos columnistas y editores, daba  a entender, de una manera gráfica  y elocuente que, el  ahijado de Videgaray, Baltazar, no era ángel de su devoción. Y todavía iba más  allá, cuando  afirmaba, ya  en el camino hacia los  postres, que el candidato del PAN Francisco Cabeza  de Vaca, tenía muy poderosas relaciones políticas,  al más alto nivel. Aunque lo definitorio, fue que CV  supo capitalizar el hartazgo ciudadano. Y supo coronar su  larga ruta opositora.

Pues bien,  de esos tiempos  a la fecha, han transcurrido  ya más  de tres años, y vivimos  justo  el cuarto capítulo, cuando  ya se empieza a barajar  el tema sucesorio en nuestro estado. En MORENA  hay más de ocho aspirantes, más los que se  acumulen en el 2021, porque resulta que en el morenismo nadie se quiere dar por descartado. Y todos se sienten  Generales, aunque no hayan ganado ni una sola batalla,mucho menos una guerra, salvo la del 2018,  bajo el efecto AMLO, una influencia que por cierto en la región norte del país, parece ir a la baja. Sin quitarle ni ponerle, eso es lo que está  ocurriendo.

Pero vayamos  al tema medular  de esta colaboración, y preguntémonos: ¿Cuál es es el epicentro  de  la sucesión  política  en Tamaulipas, trátese del partido que se trate, (PAN, MORENA, PRI, PRD, MC), el que usted guste y mande?

Curiosamente el factor  de mayor peso, en  el futuro político de nuestro estado,  es un  balón que, no   se encuentra  en la cancha de Palacio  Nacional, sino  en la primera esquina  del  palacio de gobierno estatal. Esa es la neta.

El gobernador  Cabeza  trae casi  todos los hilos  del poder en la mano. Se le ve fuerte, y tan decisivo, que, en la actualidad, el 90  por ciento de todos los  proyectos  por la gubernatura, sin distinción  de colores o de candidatos, todos  ellos desembocan en el tercer piso del Palacio de Gobierno tamaulipeco.

Si usted ve que por ahí algunos priistas que  dicen tener deseos de aventarse, lo están consultando con el numero uno. Y más de un morenista, hace lo propio, concertando  alianzas con el cabecismo.

El control de las velocidades  de  la política tamaulipeca, el timón y todo lo que signifique factor definitorio del rumbo, sigue  latiendo desde el centro político  de nuestro estado.

Obviamente, en política, siempre hay una zona impredecible. Pero en lo general, los hechos dicen que, Cabeza tiene asegurada su propia sucesión, y va por la candidatura a la Presidencia. Se siente sobrado. Y parece que, desde Palacio Nacional,   e incluso entre los mismos gobernadores  panistas, nadie tiene prisa por desmentirlo. Aun falta  un considerable tramo de tiempo. Pero la fotografía actualizada, indica que la nave cabecista, avanza viento en popa.

Y esto  sucede por varias  razones: una de ellas  es que, el Presidente de la República, no ha  querido, o no ha podido meter orden entre la clase política tamaulipeca  que  nació, del tsunami  2018, cuando  llega al poder  un movimiento político de hartazgo contra el PRI y el PAN  a nivel nacional, y que  desde entonces todos conocemos como MORENA.

En ese desdén de AMLO por dejar suelto morenismo y sus  escandalosas reyertas, le está cediendo  espacios vitales  a un gobernador como Cabeza, que es  actualmente  uno de los políticos panistas más exitosos del país, en trabajo de territorio.  En un lapso de tres años, ha metido las mayores golizas electorales. Entre los propios, y creo que también entre los extraños, le reconocen este talento.

El 2016  y el 2019, son  dos ejemplos palpables. Y bueno, habrá que ver, si AMLO trae alguna carta interesante, porque, hasta ahora, TODOS LOS  CAMINOS  DE  LA GUBERNATURA, EN TAMAULIPAS, o al menos  la gran mayoría, llevan hacia  el palacio del quince y dieciséis Juárez.