PRESENCIA
ANA LUISA GARCÍA G.
< ¿Ineptitud o corrupción en gestión de Xico?
La ineptitud hace tanto daño como la corrupción y no deben ser toleradas ninguna de las dos en el servicio público. Hoy Tamaulipas cuenta con un Sistema Estatal Anticorrupción y el prefijo “anti” es precisamente lo que se requiere poner en operación para evitar sustracciones en las finanzas públicas, porque está visto que “lo caído, caído está”, es decir las fugas financieras no tienen reversa, no hay devolución, por lo menos hasta ahora no lo hemos visto.
Igualmente los daños por ineptitud pueden ser tremendos, ya es hora que esto también se sanciones, porque es un velo protector con el que pueden disfrazar los actos de corrupción, es el caso de obras de mala calidad que se facturan a precios que no corresponden, o servicios que se omiten y que caen en negligencia.
El tema viene a colación porque en diferentes momentos han salido a la luz pública excesos en el manejo financiero del Municipio de Victoria, sólo denuncias mediáticas, pero es tema suficiente para cuando menos investigar y justificar el papel del organismo “anti” corrupción que opera en Tamaulipas.
Existe un caso de una administración municipal de Tampico que fue muy sonado en el sexenio de Américo Villarreal Guerra, cuando fue Procurador de Justicia el Lic. Aníbal Pérez Vargas y tiene mucha similitud con la actual administración de Victoria.
Sólo que en aquella ocasión el responsable o el autor de una defraudación fue Carlos Castillo, tesorero municipal en el trienio de Arturo Rodríguez (+). La opinión pública tampiqueña denunciaba las irregularidades que saltaban a simple vista y que transparentó una serie de faltantes en las arcas. La voz popular y los medios denunciaban que el responsable de las finanzas estaba sustrayendo los fondos públicos.
Y es que el alcalde Arturo Rodríguez estaba afectado por el cáncer, hombre con solvencia económica, pero que por su estado de salud dejó la administración en manos de colaboradores que hicieron un mal manejo. Esa vez era Carlos Castillo el señalado, y es que el amor y el dinero no se pueden ocultar, el hombre realizó varios actos que denunció su bonanza por esos días.
En año y medio de gestión las autoridades e instituciones que debieron investigar hicieron oídos sordos a algo que era del conocimiento de la opinión pública por notorio, pero un buen día el susodicho huyó y entonces fue cuando se giró orden de aprehensión. Quizá fue al revés, pero los tampiqueños primero se enteraron de la fuga y luego de la instrucción para detenerlo.
El tampiqueño Carlos Castillo nunca regresó a la zona sur, se sabe por trascendidos que se instaló en Estados Unidos donde invirtió en negocios y ahí fijó su residencia.
El ciudadano común que observa estos escenarios no puede dejar de preguntarse porque ante actos evidentes de corrupción o de ineptitud hay contemplación. En la iniciativa privada, un empleado incompetente se despide y se le sustituye por otro con la capacidad o habilidades que reclama el cargo.
LA RESPONSABILIDAD DE LOS EDILES.- Y en esto, tiene responsabilidad el Cabildo, los alcaldes sólo son un edil más, el No.1, el titular, pero juntos los ediles son más que el Jefe de la Comuna, por lo tanto hay complicidad.
Las cuentas públicas revisadas por el Congreso ocurren cuando ya concluyó la gestión, pese a que hay el compromiso de realizarlo con inmediatez, es otra complicidad.
La realidad es que cuando la autoridad no quiere ver algo, no lo ve, aunque sea un clamor, ni siquiera para aparentar interés.
Los procedimientos o reglas de transparencia hoy se ocupan no sólo del manejo económico, sino del sentido abstracto de los desempeños. Por ejemplo en las instituciones de educación superior se ofrecen parámetros para evaluar sus funciones sustantivas (docencia, investigación y extensionismo), ya no basta que rindan estados financieros, sino la calidad de los servicios que prestan.
Lo mismo es aplicable al resto de las instituciones del servicio público, porque la ley es única e igual para todos.
Finalmente hay que recordar el compromiso que tiene la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción en el objeto de “establecer principios, bases generales, políticas públicas, y procedimientos para la coordinación entre los Entes Públicos en la prevención, detección y sanción de faltas administrativas y hechos de corrupción”, así lo ostenta en el portal institucional.
Como Usted puede apreciar hay varios procesos institucionales que están inactivos en la actuación del Municipio de Victoria, el del Cabildo, el del Congreso del Estado y el Sistema Anticorrupción, todos nos cuestan pero ninguno actúa dentro del marco de responsabilidad que cada uno tiene. El primero en la actuación inmediata, el segundo en la revisión de sus finanzas y el 2º en correlación de la calidad de servicios con las finanzas.
En una revisión, auditoría o investigación general, con suerte terminan por extenderle una carta de buena conducta al Dr. Xicoténcatl González y con ello disipar las dudas que los victorenses tienen sobre su desempeño. Por lo menos sabremos si es ineptitud o corrupción o una mezcla de ambos lo que tiene sumida en el atraso a la capital del Estado.