Por René Gutiérrez G.
Además señalan que los ciudadanos temen a los deportados
Sacerdotes de la Diócesis de Matamoros con sede en esta ciudad de Reynosa sostienen que en nuestro país se inculca el racismo desde muy pequeños y esto es tan visto, ya que los mismos padres de familia celebran a sus hijos, cuando estos se burlan de la apariencia física de los demás.
Esta inaudita información fue proporcionada por uno de los sacerdotes que atienden la casa del migrante en esta ciudad al decir, que “nosotros los mexicanos incurrimos en actos de racismo al no brindar apoyo social a los migrantes o a quienes han sido deportados de la Unión Americana que llegan a esta ciudad, sin dinero y en ocasiones hasta sin sus pertenencias más necesarias.
“El racismo no es sólo cuando alguien se burla del color de la piel de otra persona, sino también a las formas de tratar a un semejante que por desgracia abandona su patria para buscar una mejor vida para su familia, al que lo deportan y llegan nuevamente a México, sin dinero, abatidos y sin poder regresar a su lugar de origen”, mencionó.
Este sacerdote estudioso de la psicología humana y de la teología aseguró que no es normal que los habitantes de esta región teman a quienes han sido deportados y no solo a ellos, sino que temen y aborrecen a personas cuyo cuerpo tenga tatuajes, por lo cual invitó a los ciudadanos a que tengan un poco de humanidad por estos hermanos en desventura y los apoyen en todo lo que sea necesario.