El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habría obtenido el mejor resultado de su historia y podrá permanecer en el Kremlin hasta 2024.
El presidente ruso, Vladímir Putin, suma el 76.41 % de los votos emitidos en las elecciones presidenciales del domingo con el 90% de los votos escrutados, según informó hoy la Comisión Electoral Central (CEC).
A falta de que se escrute el 10% restante de los sufragios, Putin supera ya los 45.6 millones de votos recibidos en 2012, cuando regresó al Kremlin tras cuatro años de paréntesis como primer ministro.
Este histórico resultado, que supera el logrado en las presidenciales de 2004, le permitirá permanecer en el Kremlin hasta 2024.
Putin recibió más del 90% de los votos en cinco regiones o repúblicas, entre ellas Crimea, que celebraba hoy el cuarto aniversario de la anexión rusa y cuyos habitantes participaron por vez primera en unas presidenciales.
También superó el 70% de apoyos en las dos principales ciudades del país, Moscú y San Petersburgo, tradicionales graneros de la oposición más radical al Kremlin.
En su primera comparecencia ante la prensa tras proclamar su victoria en los comicios, Putin negó que se plantee, «de momento», reformar la Constitución para poder seguir en el poder dentro de seis años.
«Me parece que lo que usted plantea es bastante ridículo. Vamos a calcular. ¿Significa eso que yo voy a estar aquí hasta los 100 años? No», dijo.
Putin, de 65 años, ganó sus primeras elecciones en marzo del 2000, tres meses después de recibir el poder de manos del primer presidente democráticamente elegido de la historia de Rusia, Boris Yeltsin.
El segundo candidato más votado el domingo fue el millonario comunista Pável Grudinin, que logró el 12.05 % de los votos; seguido por el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski con el 5.85 %.
La periodista Ksenia Sobchak, la tercera mujer en participar en unos comicios presidencialesen la historia de Rusia, logró el 1.59 %, mientras los otros cuatro candidatos presidenciales no superaron la barrera del 1%.
Unos 110 millones de rusos estaban llamados a las urnas en unas presidenciales catalogadas de «transparentes» por la CEC, pero que, según el candidato comunista, fueron «sucias» y, de acuerdo a la oposición, estuvieron marcadas por numerosas irregularidades.