Victoria y Anexas/Ambrocio López Gutiérrez/LA VERDAD NOS HACE FELICES

Escritores y periodistas célebres han dejado testimonios valiosos en el sentido de que publicar textos es una manera de sentirse mejor. Los psicólogos sostienen que comunicarnos con otros es terapéutico; los sociólogos afirman que la comunicación contribuye a mejorar a la sociedad en su conjunto; los abogados sugieren que se debe publicar acerca de todos los temas pero todo dentro de la ley. He escuchado a profesionistas y a personas sin estudios decir que lo más importante es que se publique la verdad y creo que muchos, cuando comenzamos en el oficio de la escritura, asumimos con fervor casi religioso un compromiso con la realidad, la objetividad, la veracidad.
Hace cuatro décadas, de visita en Ciudad Victoria, me enteré que estaban solicitando reporteros para un periódico nuevo. Por curiosidad (y necesidad) me apersoné con el contador Gabriel Castillo quien me hizo la entrevista de rigor que duró menos de tres minutos. Me preguntó dónde había trabajado antes; le respondí que comencé en El Bravo de Matamoros y me interrumpió diciendo: si publicaste en El Bravo, debes ser bueno. No me dio tiempo de decirle que solamente había estado un año, en la sección Río Bravo-Reynosa y que me hice reportero gracias a la invitación de Ángel Guerra Salazar, periodista reynosense, y que había publicado eventualmente algunos textos en La Prensa de Reynosa y El Tiempo de allá mismo.
El primer periódico que me contrató en esta capital nació bajo el auspicio del gobernador Emilio Martínez Manautou quien operó la empresa a través de sus viejos amigos Jaime Villarreal Elizondo (tesorero estatal en aquel sexenio) y Luis Felipe Pérez Collado, (conocido hombre de negocios entre los que destacaba el antiguo Banco de Victoria). Algunas de las personas que menciono en esta entrega ya fallecieron pero me doy licencia para recordarlas como si estuvieran aun en este mundo atenido a la creencia de que la gente que es recordada sigue viviendo. Recuerdo con afecto a mis compañeros reporteros Rubén Dueñas, Arnoldo García, Vicente González, Edgar Jaramillo, Jorge Tonche, Cuquis Garza, Esther Luna; a los fotógrafos Mireya Escalera, Manglio Murillo, Ramiro Ortiz, Edna Piña, Juan José Hernández y algunos más.
El director fundador de La Verdad de Tamaulipas fue Don Alfonso Pesil Tamez También fundó El Diario); fueron subdirectores Pedro Alfonso García y Roberto Ibarra Ojeda. José Azpeitia González fue Jefe de Redacción. Jorge Rodríguez Treviño, Pedro Pérez Herrera y un servidor fungimos en distintos momentos como jefes de información. Los columnistas estrellas en la primera etapa del diario fueron Víctor M Calzado Mendiola, Manuel Melchor M Flores Gómez y Raúl Terrazas Barraza. Más adelante algunos reporteros también publicábamos en la sección editorial. De aquel tiempo recuerdo también a Irma Terán González, jefa de Publicidad, quien después hizo carrera como reportera en medios informativos del norte de Tamaulipas y el sur de Texas.
De lo anterior trató el encuentro del jueves por la mañana donde me tomé la libertad de recordar mi paso por las empresas de la familia Villarreal Caballero (Guillermo dirige actualmente a La Verdad como un medio digital). Tuvimos la oportunidad de saludar con la calidez de siempre a compañeros que siguen siendo colaboradores del medio citado como el doctor Javier Terrazas Barraza, el empresario Jorge Pensado Robles; los comunicólogos Leticia Santoyo Caamal, Rosa Elena González y Noé Rodríguez; los historiadores Clara García Sáenz y Francisco Ramos Aguirre; la psicóloga Gilda Terán y los periodistas Jorge Vázquez Martínez, Salvador Leal Luna y el decano Jorge Bladimir Joch González (exdiputado y exalcalde de esta capital. Ricardo Villarreal Rodríguez y Sergio Manautou Villarreal también estuvieron en el XL aniversario.
Sobre el origen de La Verdad de Tamaulipas se ha dicho mucho y publicado poco. Los primeros 40 años de su existencia son un buen pretexto para recordar el contexto de hostilidad que encontró el doctor Martínez Manautou desde que se supo que sería gobernador. Lo menos que se decía en los medios locales es que el experimentado político estaba frustrado porque no pudo ser el sucesor presidencial de Gustavo Díaz Ordaz. También se decía en todos los tonos que el doctor era aficionado a las bebidas caras y abundantes. Recuerdo una conferencia de prensa, ya avanzado aquel sexenio, cuando un periodista de la región lo cubrió de elogios y EMM reaccionó, medio en broma, medio en serio, diciendo: eso que me dices mejor debes publicarlo.
Si bien es cierto que La Verdad surge bajo el auspicio gubernamental, también es verídico que se convirtió en una especie de contrapeso ante los ataques de la mayoría de los medios de la época. En la actualidad, bajo la conducción de Guillermo Villarreal y la experiencia de Javier Terrazas; con la colaboración de antiguos editorialistas y con la incorporación de nuevos profesionales de la información, La Verdad de Tamaulipas puede presumir de la diversidad de las opiniones que confluyen. Lo comenté en la reunión de celebración y lo reitero: aquí estamos, nos llevamos muy bien con todos aunque haya algunos con los que no coincidimos en nada. No necesitamos coincidir para hacer buen periodismo. Cada quien tiene su propia versión de la realidad, la objetividad y la veracidad. En lo personal, puedo ser uno de los peores editorialistas, tener todos los defectos que gusten pero sigo creyendo que hacer periodismo nos hace felices.
Correo: amlogtz@gmail.com